La preparación para el papel de Frankenstein representó un desafío monumental para Jacob Elordi. Desde una drástica pérdida de peso hasta las interminables horas de maquillaje, el proceso para convertirse en la Criatura bajo la dirección de Guillermo del Toro fue, según el actor, "agotador pero transformador".
Tras la salida de Andrew Garfield del proyecto, Elordi asumió el reto con un tiempo muy limitado, lo que implicó un esfuerzo físico y emocional considerable. Sus declaraciones sobre los sacrificios realizados destacan la determinación que definió su etapa de preparación. El personaje, originalmente creado en la ficción literaria por Mary Shelley, exigía no solo una transformación corporal, sino también una profunda interiorización de la complejidad emocional de la Criatura.
Los desafíos técnicos y emocionales detrás de la transformación
Para dar vida a Frankenstein, Elordi se sometió a un intenso proceso de maquillaje. Con la colaboración del experto en efectos visuales Mike Hill, cada sesión podía durar hasta diez horas diarias de aplicación de prótesis, un procedimiento concebido para capturar la esencia terrenal del monstruo, evitando en lo posible el uso de recursos digitales.
El esfuerzo no se limitó a lo estético: el actor también se sumergió en un entrenamiento personal que incluía clases de danza butoh japonesa, una disciplina que le permitió profundizar en la comprensión emocional del personaje. El compromiso de Elordi fue ampliamente respetado por sus colegas, incluidos el director Guillermo del Toro y el actor Oscar Isaac, quien elogió el espíritu de entrega que el joven actor demostró cada día en el set.
Simbología moderna y la visión de Guillermo del Toro
Con su estreno en cines previsto para el 7 de noviembre en Netflix, el Frankenstein de Del Toro no es solo una recreación visual del mito, sino también una exploración cultural del papel del monstruo en la actualidad. La decisión del director de minimizar el uso de CGI busca difuminar la línea entre lo humano y lo tecnológico, generando reflexiones éticas que conectan con inquietudes contemporáneas. Mientras el público espera el estreno, se anticipa que la película promoverá un diálogo significativo sobre el legado de Frankenstein. Al combinar tradición y modernidad, Del Toro construye una narrativa que aspira a conectar con audiencias de todas las edades, invitándolas a reconsiderar la relevancia del monstruo desde una nueva perspectiva.
Un legado que trasciende generaciones
Reconocido por su narrativa visual innovadora, Del Toro se ha empeñado en que su versión de Frankenstein no solo honre la obra de Shelley, sino que también amplíe su impacto cultural. Este esfuerzo colectivo de transformación, que incluye la actuación comprometida de Elordi, intenta mantener vigentes los temas centrales de la obra original: la soledad, la creación y el conflicto entre lo humano y lo artificial. Con un elenco que mezcla experiencia y juventud, y una producción que desafía lo convencional, la película promete no solo entretener, sino también ofrecer una nueva lente a través de la cual interpretar el legado de Frankenstein en el siglo XXI.
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