"Estoy contento de que los demócratas en el Congreso hayan entrado en razón", aseguró el republicano Donald Trump a través de un comunicado leído por su vocera, en el cual se comprometió a votar una nueva ley migratoria, "si es buena para el país". El mandatario, quien recordó que su prioridad es "resolver el problema de la injusta inmigración ilegal", aludió así al núcleo del acuerdo que alcanzó con la oposición en el Senado para aprobar el Presupuesto que ponga fin a la suspensión parcial de la administración hasta el 8 de febrero próximo. 

"En unas horas, el gobierno federal volverá a abrir. Pero el liderazgo republicano tiene 17 días para encontrar una solución para los dreamers", advirtió el líder de la minoría demócrata en la Cámara alta, Chuck Schumer, antes de anunciar que daría los votos para superar la primera votación. 

Los llamados dreamers son cerca de 800.000 jóvenes inmigrantes que llegaron al país con sus familias cuando eran niños y se quedaron en Estados Unidos de manera ilegal. Aunque el gobierno del ex presidente Barack Obama no les abrió el camino a la legalización definitiva, sí creó un programa -el DACA- para que pudieran continuar sus estudios y pudieran trabajar sin temor a ser deportados. 

En septiembre pasado Trump no renovó aquel decreto de Obama y le pidió al Congreso que definiera la situación de esos jóvenes con una nueva ley. El tiempo pasó y la mayoría republicana, que domina ambas cámaras, no impulsó ningún proyecto de ley. 

Por eso, tras brindar los votos necesarios para aprobar los últimos tres parches -tras el fracaso del oficialismo en aprobar el presupuesto anual que debía comenzar a regir en octubre pasado-, la oposición demócrata condicionó la aprobación de "la cuarta enmienda" para mantener el funcionamiento del gobierno a la legalización de los miles de dreamers amenazados de ser deportados. 

Al tercer día de la clausura del gobierno federal, la oposición demócrata cedió tras la promesa republicana de que antes de que venza el nuevo parche presupuestario aprobarán una ley que reemplace el DACA. "A todos los dreamers que nos están mirando, les digo que no pierdan la esperanza", sentenció uno de los protagonistas de la negociación, el senador demócrata Dick Durbin, según el canal de televisión legislativo Cspan. 

Después de semanas de intentos infructuosos y de mucha tensión, la votación en el Senado fue casi un trámite: 81 votos a favor y 18 en contra (16 demócratas y dos republicanos). 

"Quiero ver una reapertura del gobierno tanto como el resto, pero esta ley no arregla el problema moral que debemos resolver. Por eso voté en contra", escribió, más tarde, la senadora demócrata por Nueva York, Kirsten Gillibrand, en Twitter. 

Schumer, por su parte, advirtió que "Trump no sólo rechazó uno, sino dos acuerdos", y dejó en claro que para la oposición toda la responsabilidad de la actual crisis es del Presidente. 

El líder de la mayoría republicana en la Cámara alta, Mitch McConnell, tampoco ayudó a mejorar el clima del debate. "El pueblo estadounidense no entiende", repitió varias veces McConnell ante los senadores demócratas, a quienes acusó de poner los intereses de los "inmigrantes ilegales" por encima del Estado y de la sociedad norteamericanas.