El gobierno nacional despidió a los primeros 250 trabajadores de la empresa Yacimientos Carboníferos de Río Turbio, de una tanda de aproximadamente 500 telegramas que ya tiene preparados. Desde hace varios meses, el interventor de la empresa, Omar Zeidán, un hombre que responde al senador Eduardo Costa (Alianza Cambiemos) viene presionando a los operarios con aceptar retiros (no tan) voluntarios o atenerse a no cobrar ningún tipo de indemnización. Esta estrategia extorsiva fue revelada la semana pasada por Miguel López, gerente de Operaciones de YCRT y vocero de Costa. PáginaI12 accedió a la Disposición interna de YCRT (Expediente 33.317 del 22 de enero) donde se explicita que los trabajadores cesanteados “carecen de estabilidad laboral” por los que se les declara la nulidad de su vínculo laboral, sin posibilidad de acceder a los beneficios de un trabajador del Estado. El jefe de Gabinete, Marcos Peña, reconoció en el Senado que el recorte presupuestario para este año será del 18,5 por ciento mientras que las inversiones de capital dentro de la empresa serán de cero pesos. Esto se traduce en la política de despidos que afectará a toda la población de la cuenca carbonífera de Santa Cruz (Río Turbio y 28 de Noviembre) y podría ser la antesala para una nueva privatización de la compañía, tal cual ocurrió en la década de 1990.

Según confesó el Jefe de Gabinete durante su último informe en el Senado, el recorte en salarios y gastos operativos en YCRT será del 10 por ciento con un presupuesto de 3435 millones de pesos frente a los 3818 millones recibidos en 2017. Sin embargo, el recorte más significativo será en las inversiones de capital que debían destinarse a la finalización de la usina termoeléctrica a base de carbón pensada para aportar al sistema interconectado 240 MV de potencia. La inversión para este año será de cero pesos. Entre ambos recortes, la baja presupuestaria será del 18,5 por ciento.

Durante el primer año de gestión de la Alianza Cambiemos, Macri aplicó un recorte del 74 por ciento en las inversiones de capital, al pasar de 1530 millones de pesos a 398 millones de pesos “invertidos” el año pasado. Para 2018, serán cero pesos. 

“En el marco de la reestructuración interna que está llevando adelante YCRT, prescíndase de sus funciones.” Este es el encabezado de los primeros 250 telegramas de despidos. También es el artículo 1 de la resolución interna firmada por la intervención de la empresa. El objetivo del Gobierno es “prescindir” de un total de 500 operarios, ya sea a través de los retiros voluntarios (programa que no tuvo muchas adhesiones), la eliminación lisa y llana de puestos de trabajo (áreas enteras dentro de la empresa) y ahora los despidos. 

Según informó el periodista Esteban Rebolledo desde Agencia Cadena del Sur, la semana pasada el gerente de Operaciones de la empresa, Miguel López, le reconoció a un operario que era “conveniente” agarrar los retiros voluntarios si es que quería llevarse 30 sueldos a tener que pasar por un despido con la posibilidad de no recibir indemnización. 

“Te estamos dando la posibilidad, estamos avisándote que estás en un listado. Es así. Es feo hablar de esto pero hay que ser sincero”, le dijo López al operario según el audio revelado por Rebolledo. Esta extorsión quedó escrita en la resolución interna de YCRT: “Entre 2011-2015 se duplicó o sobredimensionó la planta de personal pero no por razones de producción sino por fines electoralistas”, puede leerse en la Disposición CG 14/2018.

“YCRT es una gran vaca lechera que ya fue exprimida toda. Con estos convenios colectivos de trabajo no podemos sostener la empresa. Es una vaca que no tiene más leche”, sostuvo Zeidán para justificar los despidos durante una entrevista emitida por Radio Nacional Río Turbio. Fiel a la línea de conducta de Cambiemos, la intervención de YCRT responsabilizó a los gremios por la situación “deficitaria” de la empresa.

El senador Eduardo Costa pretendió llevar “tranquilidad” a los trabajadores de la cuenca carbonífera al señalar que aquellos que aceptaran los retiros tendrían prioridad para ser contratados en las represas hidroeléctricas, también frenadas desde la llegada de Cambiemos. Sin embargo, el legislador nacional posee otros intereses económicos para la región. 

En junio de 2016, el subsecretario de Desarrollo Minero, Mario Capello, sostuvo que había otras prioridades para la cuenca carbonífera: “Queremos ver también qué otras cosas podemos encarar, no solo pensar en carbón; además del carbón, la producción energética, Eduardo Costa está pensando en una granja eólica también”, manifestó el funcionario. 

¿Qué vincula a Costa con la energía eólica? El senador macrista posee el 90 por ciento de acciones en la empresa Patagonia Retail, radicada en Tierra del Fuego. Esta sociedad es la accionista principal de Energía Patagonia SA, según se desprende de la Escritura 238 Fº 825 del 30 de mayo de 2012 (Registro 1948 de CABA), publicada en el Boletín Oficial del 29 de junio de 2012.

El estatuto social de Energía Patagonia SA indica que la actividad principal de la sociedad es “operación, comercialización y mantenimiento de parques eólicos, pudiendo vender energía en el mercado spot y/o a privados. b. Fabricación, ensamble y comercialización de generadores eólicos, térmicos a partir de turbinas y grupos electrógenos a gas o diésel o fueloil; de energía hidroeléctrica y paneles solares”.

La representación de Costa dentro de Energía Patagonia está dada por Alberto Manuel Pereira Sanhueza, quien figura como director. El domicilio fiscal de esta sociedad es Brasil 55, CABA, el edificio que pertenece a la familia del legislador nacional, que a su vez funciona como sede porteña del El Tehuelche -la empresa madre del Grupo Económico Costa- y una multiplicidad de otras sociedades. Sanhueza es testaferro de Costa y ambos están bajo investigación penal por el delito de lavado de dinero en una causa iniciada en 2014 en la justicia federal de Santa Cruz.

El envío de estos primeros 250 telegramas remite a lo sucedido en la década del ’90, cuando entre 1991 y 1993 la reestructuración de la empresa implicó la salida de la mitad de sus empleados como señaló el periodista Ernesto Bohoslavsky en su libro La Patagonia (de la Guerra de Malvinas al final de la familia ypefiana). Este fue el preludio para la privatización de YCRT a manos del empresario Sergio Taselli. 

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