El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no ha llegado todavía a la ciudad suiza de Davos, pero ya fue interpelado por líderes europeos por sus políticas proteccionistas. La canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron pidieron ayer en el Foro Económico Mundial una globalización más justa. 

En la víspera de la llegada del líder republicano, Merkel arrancó ayer su participación en Davos con un ataque a la gestión económica del presidente estadounidense. Aseguró que “el proteccionismo no es la respuesta. Debemos buscar respuestas multilaterales. El aislacionismo no ayuda”. Y agregó: “Hoy, 100 años después de la catástrofe de la Gran Guerra, debemos preguntarnos si de verdad aprendimos la lección de la historia, y me parece que no. La única respuesta es la cooperación”, sentenció la canciller alemana en la apertura del foro económico. “Para la multilateralidad se precisa paciencia”, destacó la líder conservadora y llamó a no caer en la tentación de lo aparentemente “más rápido”.

En cuanto a Europa, Merkel señaló que “no ha sido hasta ahora lo suficientemente activa” y señaló: “Debemos asumir nuestra responsabilidad” sin más demoras, ante los grandes desafíos existentes “ante nuestras puertas”, especialmente en materia migratoria. 

Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, adhirió al discurso de su par alemana al criticar a los partidos nacionalistas que ven como única solución el aislacionismo. Además, instó a construir una estrategia de diez años para reformar Europa y abogó en su discurso por proteger a los olvidados de la globalización, a partir de un “nuevo contrato mundial”. El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, también sumó su voz para reprochar el aislacionismo de Estados Unidos: “lo que necesitamos si queremos crecimiento económico, bienestar y protección para nuestros trabajadores es libre comercio, libre mercado, no proteccionismo”. Con estas declaraciones, los líderes europeos respondieron a una de las últimas medidas económicas de Washington, según la cual impondrá aranceles a los paneles solares y lavarropas industriales importados. Dicha medida fue criticada sobre todo por China, Corea del Sur y México. Trump tendrá tres meses para aprobarla. 

Por su parte, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, quien llegó ayer a Davos, defendió los recientes aranceles alegando que “todos los días se libran guerras comerciales”, y agregó: “Todos los días las distintas partes violan las normas y obtienen de ello un beneficio injusto. Ahora las tropas estadounidenses tienen sus murallas”.

Además,el Secretario aseguró que no teme la respuesta de China, a quien afectaría dicha medida. “Con cualquier medida comercial existe la posibilidad de represalias”, dijo Ross y añadió que es cosa de los chinos si deciden reaccionar y cómo.       

Ross insistió en rechazar las acusaciones de que Estados Unidos comercia de forma proteccionista. “Cuando Estados Unidos hace algo, se le acusa de proteccionismo. Pero atenerse a las normas no es proteccionista. Es indispensable que los mercados funcionen correctamente, que la gente negocie correctamente”. Más aún, lejos de intentar matizar su discurso, Ross y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, anunciaron nuevas medidas de protección en materia de propiedad intelectual y en el sector siderúrgico (acero y alumino), en el que Washington acusa a Alemania de proporcionar subsidios ilegales.

Mnuchin, también defendió la postura de su presidente, sintetizada en la frase “Estados Unidos primero”. Afirmó que Trump quiere “trabajar con el resto del mundo” pero sin dejar de lado los intereses estadounidenses, rechazó que su país haya vuelto al proteccionismo y aseguró que Washington está “abierto a los negocios”. “Lo que es bueno para nosotros es bueno para el mundo”, sentenció el funcionario.

Del otro lado del tablero, China, como ya hicieron esta semana en Davos gigantes económicos como India o Canadá, se unió al coro de voces que defienden el libre comercio y prometió nuevas reformas para seguir abriendo su economía. El año pasado el presidente chino, Xi Jingping, ya habló en este mismo foro contra el proteccionismo, y hoy el encargado de hacerlo fue su principal asesor económico, Liu He.

“Nos seguiremos abriendo a todo el mundo”, afirmó Liu, que aseguró que China profundizará sus relaciones comerciales, reducirá barreras e impulsará reformas económicas. “En un mundo fragmentado es de máxima importancia conseguir un futuro común”, añadió. Además, afirmó: “Nos opondremos a cualquier forma de proteccionismo (...) La apertura es crucial, no solo para China sino para el mundo entero”.

El año pasado, Xi se comprometió a trabajar por el libre comercio y la globalización, pero muchas empresas extranjeras en China se quejan de que desde entonces su situación todavía empeoró más. Aun así, Liu prometió ayer en Davos que los resultados de la política aperturista china superará las expectativas.