Las PFI británicas han contado con el entusiasta apoyo de los organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial, así como del establishment financiero mediático internacional - desde Reuters hasta The Economist, el Financial Times y el Wall Street Journal. En 2017, la Unidad de Inteligencia de The Economist elaboró por encargo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) el Infrascopio 2017, una suerte de ránking de las naciones latinoamericanas para medir “la habilidad de un país de movilizar la inversión privada hacia la infraestructura mediante PPPs”. En ese ránking Argentina figuraba en el puesto 17 de 19 países, sólo delante de Venezuela y Ecuador respecto a los espejitos de colores de las PPP. La paradoja es que mientras en el Reino Unido buscan cómo deshacer el entuerto y en España se hacen cargo del muerto, en Argentina el Gobierno está dispuesto a meterse de lleno en este viejo negocio de globos para hoy, (más) impagable deuda para el futuro.