La aerolínea low cost Flybondi protagonizó el tercer papelón en su corta vida. Tras el aterrizaje de emergencia de su primer “vuelito” promocional y después de haberse negado a trasladar las valijas de más de 100 pasajeros en el vuelo de Bariloche hacia Córdoba -que debió llevar en camiones-, ahora sufrió complicaciones que afectaron a los clientes que tenían pasajes para ese mismo trayecto: su vuelo se retrasó más de 15 horas.

Esta vez no fue una falla del combustible ni una falla técnica que obligó al avión a volver a su destino por seguridad porque ni siquiera llegó a despegar. Nelson, el avión de la empresa, debía salir ayer a las 16.20 de Bariloche rumbo a Córdoba con cien pasajeros, pero recién despegó esta mañana a las 9.09.  A pesar de que miles de aerolíneas en el mundo hacen sus vuelos a la noche, la empresa les informó a las 9 de la noche a sus clientes que no viajarían sin sol y que postergarían el despegue para las 8.30 de la mañana.

El excesivo retraso del vuelo FO5445 comenzó con el vuelo FO5444 del mismo avión en su trayecto de Córdoba a Bariloche, que en lugar de despegar del aeropuerto de la ciudad mediterránea a las 13.35 lo hizo a las 19.18, por lo que llegó a Bariloche a las 21.20. Un cliente aseguró que durante esas cuatro horas llamaron a los pasajeros tres veces a la sala de embarque, hasta que finalmente la empresa les informó que “por razones de seguridad” resolvieron no viajar de noche. Hoy el vuelo sufrió otro retraso, aunque menor: salió 40 minutos más tarde de lo previsto.

La nueva falla técnica de la compañía, que planea comenzar a operar mañana sus vuelos desde la base aerocomercial de El Palomar en medio de la judicialización de la terminal, volvió a ser motivo de burlas en las redes sociales. Clientes que ya compraron sus pasajes, cuestionaron la profesionalidad de la aerolínea. 

 

Aunque Flybondi no deja de sumar inconvenientes en menos de dos semanas de existencia, la low cost consiguió ayer aprobación por parte de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para sumar su segundo avión, igual a Nelson- la unidad operativa que debió volver a pista por un desperfecto técnico en el motor en su vuelo inaugural y que en su viaje de Bariloche a Córdoba dejó las valijas de los pasajeros por excederse en el peso requerido para su despegue-.

La empresa propiedad de Richard Gluzman, ex socio del vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, en el fondo Pegasus, hará mañana su primer vuelo comercial desde El Palomar, a pesar del repudio de los vecinos y de los amparos que se replican en contra del uso de esa base aérea para fines aerocomerciales.

 El recurso de amparo del colectivo StopFlybondi, aprobado y luego desestimado por la jueza de San Martín Martina Forns, fue apelado ante la Cámara de San Martín. A ese se suma la presentación de la abogada ambientalista Claudia Sambro Merlo por “graves incumplimientos” de normativas ambientales y ausencia de Plan de Evacuación de Emergencia.