La defensa antiaérea siria derribó ayer un avión de combate israelí que estaba realizando ataques a objetivos gubernamentales por alegar que un avión no tripulado (dron) iraní había sobrevolado parte de su territorio. El caza se estrelló en territorio israelí. 

La Fuerza Aérea israelí indicó que sus ataques fueron una respuesta a un dron iraní que había cruzado la frontera y que había sido derribado. También informaron que aviones de combate israelíes habían bombardeado en la provincia de Homs, en el centro de Siria, la base aérea T4, de gran

importancia para el Ejército sirio y sus aliados. Tres combatientes

leales al Gobierno en Damasco habrían muerto en el ataque. Los aviones también habrían destruido un depósito de municiones. Además, el Ejército israelí dijo haber atacado también objetivos al sur de la capital siria. Los aviones habrían bombardeado 12 objetivos, entre ellos también “objetivos iraníes” y la defensa antiaérea siria.

“Irán está arrastrando a la región a una aventura y no se sabe cómo va a terminar esto. Esta es una grave violación de la soberanía de Israel por parte de Irán”, afirmó el Ejército israelí citado por la el sitio web de noticias Ynet news, con base en Israel. Además, advirtieron que Irán y Siria están jugando con fuego y aseguró que el país no busca una escalada, pero que están preparados para todos los escenarios. El avión F-16 se estrelló en el norte de Israel. Sus dos tripulantes lograron eyectarse a tiempo y están con vida, aunque uno está herido de gravedad. 

Fuentes iraníes niegan rotundamente que un dron iraní haya ingresado al espacio aéreo israelí. “Esas acusaciones de los sionistas son tan ridículas que ni siquiera responderemos”, dijo el portavoz de Exteriores, Bahram Ghassemi. Irán sólo actúa como asesor militar en Siria, añadió el portavoz en un comunicado de prensa. Teherán es uno de los principales aliados del presidente sirio, Bashar al Assad. Aunque sólo reconoce oficialmente el envío de asesores, no se descarta la presencia de fuerzas sobre el terreno. Por su parte, el general iraní, Qassem Sualimani, quien encabeza la alianza de milicias que apoyan al gobierno Al Assad, dijo que esos dichos se tratan de una mentira y una calumnia del “enemigo israelí” y agregó que los ataques aéreos israelíes en Siria son un acto terrorista y que por cada nuevo ataque habrá una respuesta dura. Según las milicias, el dron interceptado por Israel estaba realizando una misión rutinaria para recabar información sobre remanentes de la milicia terrorista Estado Islámico (EI) en el desierto de Siria.

La milicia libanesa chiíta Hezbollah, que apoya en el terreno al gobierno sirio, también opinó sobre la escalada de violencia: “significa una nueva fase estratégica contra la violación del espacio aéreo sirio y las fronteras del país”. A su vez, el Ministerio de Exteriores del Líbano señaló que Israel lleva adelante una política agresiva que amenaza la estabilidad de la región. Rusia, aliado de Damasco, a través del Ministerio de Exteriores, reaccionó con preocupación ante los acontecimientos e indicó que todas las partes deben evitar acciones que compliquen aún más la situación, al mismo tiempo que reclamó preservar la soberanía de Siria.  

En otras oportunidades -más de un centenar-, Israel ha bombardeado en territorio sirio arsenales y convoyes de transporte de armas de Hezbollah. Israel y la milicia combatieron en una guerra a gran escala en 2006. También, derribó con anterioridad aviones no tripulados considerados iraníes por los israelíes y destruyó instalaciones militares sirias, sobre todo radares y sistemas de defensa antiaérea. Sin ir más lejos, el pasado miércoles atacó un centro de investigación militar cerca de Damasco. Sin embargo, esta actual escalada tiene como peculiaridad el ataque directo israelí a una acción iraní, la respuesta de Siria contra la aviación de Israel y el éxito de ésta.

La interceptación del dron, cuyos restos fueron capturados por el Ejército, y el ataque de represalia israelí dispararon las alarmas antibombardeo en los Altos del Golán -la meseta siria ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días, de junio de 1967-, el valle del Jordán y en la Alta Galilea israelí, donde la población civil se ocultó en sus refugios. 

Israel sigue técnicamente en estado de guerra con Siria desde que en 1949 selló un armisticio con los países árabes que intentaron impedir por la fuerza la creación del Estado judío. La situación de conflicto sin hostilidades se mantuvo después de la Guerra de los Seis días (1967) y de Yom Kipur (1973), cuando Damasco trató de recuperar sin éxito la meseta, posteriormente anexionada por Israel sin aprobación internacional.

Analistas y el Ejército califican estos incidentes como “inusuales” y aseguran que Israel se enfrenta a una nueva situación. El especialista de Defensa del diario Haarezt, Amos Harel, declaró que Siria está mostrando una mayor confianza en sí misma con estos ataques y que Israel debe “repensar su estrategia y las implicaciones tácticas ante esta nueva situación”.