El 12 de febrero se cumplió un mes desde los despidos a diez trabajadoras sociales del proyecto de urbanización de la Villa 31 y 31 bis. El 15 se realizó un paro y una movilización a la Subsecretaria de Trabajo del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y al Ministerio de Trabajo de la Nación para exigir la reincorporación de las trabajadoras. “Esta medida responde a la política de persecución gremial y a la lógica misógina a la que este gobierno nos somete a diario, ya que todas las despedidas son mujeres. Nuestro objetivo es pensar una política pública para todxs lxs habitantes de la 31 y no en función de la especulación inmobiliaria”, dijeron desde ATE. 

“No es casualidad que en la sociedad machista y patriarcal en la cual vivimos este gobierno despida a diez mujeres. A nosotras se nos dificulta cotidianamente la inserción en el mercado laboral, sobre todo, en este contexto de feminización de la pobreza”, resaltó Candelaria Poviña, una de las despedidas. Mientras que Melina Presas subrayó: “La urbanización no tiene que ser solamente abrir calles y levantar paredes, sino que el desarrollo humano es fundamental para llevar a cabo este proceso. Las vecinas y los vecinos tienen que ser partícipes directos, tienen que ser los protagonistas de la urbanización, tienen que poder criticarla, poder discutirla, les tiene que llegar la información de manera clara y esa es la postura sobre la cual nosotras nos planteamos este trabajo y es el motivo por el cual hoy nos están despidiendo”. Mientras que Constanza Tablado Cores definió, en el marco de la preparación del paro internacional de mujeres del 8 de marzo: “Somos diez mujeres, trabajadoras sociales, profesionales, comprometidas con la política pública y con los derechos de las personas del barrio”.