Tango que cumplís 80 pirulos, podría decirse y sin equívocos, porque es uno de sus artífices quien los celebra y vaya si esta música no tiene con él un recorrido compartido. Feliz circunstancia la que reúne a Raúl "Negro" Lavié con su ciudad esta noche, a las 20, en el Parque Héroes de Malvinas (Ayacucho entre B. Juárez y J. M. Gutiérrez). El ciclo "Rosario bajo las estrellas" ‑que organiza la Secretaría de Cultura y Educación‑ lo homenajea y es él, a su vez, quien retruca con música, en una jornada que contará también con las presencias de Noelia Moncada y el dúo Bien Pulenta. La entrada es libre y gratuita.

"Para mí es emocionante todo esto porque yo mismo generé esta visita; aprovechando que estaba en una fiesta en donde estaban presentes el gobernador de Santa Fe y la intendente de Rosario, me ofrecí para que me dieran la posibilidad de festejar mis 80 años también en Rosario, para poder festejar con mi gente, con la gente que me dio mis primeros apoyos, porque ahí fue donde comenzó mi carrera, cuando tenía 15 años. Así que para mí era una obligación", le cuenta el cantor a Rosario/12.

Ciudadano ilustre de Rosario, también por la ciudad de Buenos Aires ‑en donde festejará sus 80 en el CCK, junto a la Orquesta Sinfónica y numerosos artistas invitados‑, Lavié es en sí mismo trayectoria encarnada de la historia del espectáculo. Radio, cine, televisión, teatro, no hubo disciplinas que no le recibieran, a partir de una vida nacida en Rosario y renacida en Buenos Aires. Porque fue allí donde Antonio Carrizo y Víctor Buchino, en Radio El Mundo, bautizaran a Raúl Alberto Peralta con el apellido Lavié.

"Yo venía de Rosario, donde ya actuaba profesionalmente con una orquesta de primer nivel, como la de Julio Conti, en LT8, donde teníamos bailes, audiciones, y cuando un director artístico me dijo 'ese chico no sirve, sáquelo de la orquesta', me dije: 'ahora voy a tener que trabajar', como siempre digo risueñamente. Inmediatamente viajo a Buenos Aires y se me abren las puertas grandes de la ciudad. Al mes ya tenía un contrato firmado para debutar en Radio El Mundo, lo hice en enero de 1956, presentado por su director artístico, Antonio Carrizo, y Víctor Buchino, director de la orquesta estable de la radio, con un repertorio nuevo, una forma y estilo nuevos y un apellido nuevo. Inmediatamente vinieron otras cosas, con cada momento vino algo nuevo y superior a lo que yo pude haber pensado: vino Héctor Varela, la orquesta número uno de Argentina, que vendía millones de discos; después mi orquesta propia con Héctor Stamponi; mi otra orquesta; y así hasta llegar al Club del Clan, el programa más popular de los años '60 en la televisión argentina. No hubo tiempo de analizar. Yo crecía y crecía y sin saber lo que estaba sembrando; hoy sí, para mí es todo tan maravilloso, sorprendente, que realmente me parece mentira", explica Lavié.

-‑Muchos artistas lo acompañaron en el CCK, ha logrado un reconocimiento que seguramente esté ligado al mundo afectivo.

-‑Un artista no debe perder su humildad, esto es en serio. Uno nace humilde, uno no se hace. Pero esta profesión hace que mucha gente pierda la línea al respecto y se equivoque en pensar que está tocando el cielo con las manos, que es único, que la gente lo ama y que por eso ellos tienen que agradecerle al artista. Es todo lo contrario. El artista debe agradecer esa posibilidad a la gente, al público, a sus compañeros. Cuando comencé y llegué a Buenos Aires e hice teatro, o actué en alguna compañía o lo que sea, llegaba de Rosario con mis 17, 18 años, y había gente experimentada como Libertad Lamarque ‑con quien hice Hello Dolly en México‑, muchos actores importantísimos, que me abrieron las puertas de su corazón y me ayudaron a lograr que yo pudiera hacer lo que estaba haciendo de la mejor manera posible. Esas cosas no se deben olvidar, son fundamentales para un artista, por eso soy agradecido a Dios y a la gente, que es quien te pone en un sitial, y a todos aquellos compañeros con quienes tuve la suerte y el privilegio de actuar. Hoy estoy recogiendo todos esos afectos; cuando hago teatro me encuentro con estos jóvenes muchachos que están iniciando esta carrera maravillosa y me tratan con respeto, afecto, y se sienten felices de poder compartir conmigo el escenario. Creo que es eso lo fundamental en un artista, no creérsela.

-‑Usted es sinónimo de tango, se impone la pregunta: ¿qué lugar ocupa hoy esta música?

-‑No es optimista mi mirada, porque lógicamente faltan muchas cosas para que se lo reconozca, sobre todo en los medios, como la televisión, que tiene algunas cosas pero no son suficientes. Siempre se lo relega en los grandes festivales que se hacen todos los veranos, hay muy pocos donde contraten gente de tango, y creo que eso está mal, no favorece en nada a nuestra música popular. Por más que el gobierno en este caso apoye a los festivales que se hacen en Buenos Aires, sobre todo desde la danza, y que vengan de todas partes del mundo a mostrarse, no es suficiente. Pero esto es algo que tendría que suceder en todo el país, no sólo en Buenos Aires. Yo amo el folklore, lo grabo y lo canto, porque tenemos una música maravillosa. No debemos descartar algo que es muy nuestro, me siento orgulloso de ser argentino y de tener los artistas, compositores, poetas y músicos, que tenemos.

-‑Ha transitado todas las áreas artísticas posibles, está por estrenar un musical ‑El violinista en el tejado‑, ¿le falta algo por hacer?

‑-Todavía tengo tanto rollo por delante que seguramente va a salir alguna cosa nueva o la voy a crear yo mismo, estoy pasando un momento maravilloso de mi carrera y situación personal, de mi proyección, del respeto que he logrado a través de los años. Estoy en pleno crecimiento, seguramente van a aparecer cosas que voy a canalizar en algún momento para seguir disfrutando de esta maravillosa vida de pisar los escenarios.