Los recibió en la quinta de Olivos. Les dio un escaso aperitivo, que hizo que muchos terminaran cenando en las inmediaciones. Y los arengó, como siempre. El presidente Mauricio Macri recibió a sus diputados y senadores en un encuentro previo al discurso que dará ante la Asamblea Legislativa este jueves. Luego de los clásicos pedidos de compromiso y de advertirles que así como hay momentos mejores deberán atravesar momentos difíciles de Gobierno, Macri también se refirió al debate por el derecho al aborto: 

“Espero que tengan un gran debate. Un debate verdadero, un debate profundo. Más allá de mi posición, estoy a favor de la vida, me parecen legítimas todas las posiciones”, les dijo, según pudo reconstruir PáginaI12 con media docena de asistentes. Incluso imaginó un debate en televisión, donde dos integrantes de Cambiemos defendieran los argumentos a favor y en contra. Y al final se dieran la mano. 

Macri ratificó de esta forma ante sus legisladores lo que viene siendo la posición del Gobierno: lo importante es el debate, que debe ser largo de ser posible, y no la urgencia de resolver las muertes por abortos clandestinos. No hay en el discurso oficial una intención de que la ley se apruebe, si bien existen diputados y senadores que apoyan la iniciativa y otros que están indecisos y podrían terminar volcándose a favor.

El encuentro, como en otros casos en los que Macri recibió a sus diputados y senadores, fue protocolar. Los recibió en la Quinta de Olivos y lo primero que hicieron fue sacarse la “foto de familia”: todos juntos, con un fondo bucólico.

Luego pasaron al quincho. Los primeros en hablar fueron dos radicales, que presiden los interbloques de Cambiemos: Mario Negri (Diputados) y Luis Naidenoff (Senado). Los dos hablaron poco más de cinco minutos y se refirieron a fortalecer Cambiemos y mejorar el funcionamiento de la coalición. Negri tiró las primeras metáforas futboleras como un guiño al Presidente: “Este equipo ya juega un poco de memoria”, le dijo. Naidenoff pateó en la misma dirección.

Luego le tocó el turno al Presidente, quien habló bastante para lo que suelen ser sus arengas: unos 20 minutos. El primer eje fue recordar las obligaciones de los legisladores de trabajar de cerca con el Gobierno. “Tienen que estar cerca de la gestión y asistir a las reuniones de coordinación del Gobierno. Los quiero en contacto con los ministros”, remarcó Macri, quien sostuvo que esa forma de trabajo les dio resultados cuando era jefe del gobierno porteño. Puso como ejemplo de buenos alumnos de la clase a dos diputados que tenía cerca: Waldo Wolff y Luis Petri, quien recientemente presentó un proyecto para juzgar a los sindicalistas por delitos de corrupción que, hasta ahora, están reservados para los funcionarios públicos. 

En esa misma línea, Macri les pidió que sean proactivos. “Ya saben cuál es el rumbo del Gobierno. Promuevan en el Congreso los proyectos de ley que sean convenientes. No esperen que todas las iniciativas vengan del Ejecutivo”, insistió. “Recuerden que de lo que se trata es de mejorarle la vida a la gente. Esa es nuestra tarea”, dijo y volvió sobre las metáforas futboleras conocidas: “Estamos para cortarles el césped a los inversionistas y que ellos metan los goles”.

Luego, Macri se refirió al tema que encendió la agenda oficial en los últimos días, el debate por la despenalización del aborto. Allí trazó nuevamente la línea oficial: lo importante es el debate, las formas, y no el resultado. “Espero que tengan un gran debate. Un debate verdadero, un debate profundo”, les dijo. “Más allá de mi posición, que estoy a favor de la vida, me parecen legítimas todas las posiciones. Me encantaría ver en la televisión a dos legisladores de Cambiemos defendiendo posiciones distintas y al salir del canal se sigan respetando. El debate es importante, pero es importante que también seamos respetuosos”, insistió el Presidente, según pudo reconstruir este diario. 

Macri no dio más detalles de la estrategia legislativa pero, para las principales espadas de Cambiemos, quedó claro que si pide un debate extenso no es para que el oficialismo apoye la sesión especial que promueven sectores de la oposición el 8 de marzo. “La idea es debatir con responsabilidad escuchando todas las posturas, estudiando a fondo la experiencia en el mundo y con respeto a todas las voces”, indicó una de las figuras del PRO que tiene a su cargo la tarea de seguir el tema. 

Lo último fue un Macri intentando levantar los ánimos en tiempos en que el oficialismo viene sufriendo golpes. Les pidió que sean optimistas, que no pierdan la alegría ante los altos y los bajos. “En las elecciones estábamos para quedarnos cien años. Eso no era correcto. En diciembre, estábamos para irnos. Y eso tampoco es correcto”, dijo. 

Los agasajados recibieron unos magros sánguches de chorizo bombón, algo de lomito y algunas gaseosa y naranjadas. Todo terminó antes de las 20, lo que les permitió a los más hambrientos ir en busca de algún restaurante, donde –ahí sí– poder descorchar un buen vino.