José Carlos Varela (foto), albañil, de 40 años, el único detenido por el crimen de Camila Borda, la nena de 11 años que fue abusada y asesinada en Junín, declaró ante el fiscal Sergio Terrón y aseguró que no se acuerda de nada. El fiscal Terrón calificó la declaración como una “amnesia mentirosa”.

Varela, según dijo el fiscal, no hizo uso del derecho a abstenerse a declarar pero tampoco aportó detalles. “No me acuerdo de nada”, dijo. “Dio una versión muy corta y lo único que manifestó es que recuerda en ese momento haber salido a darle de comer a su perro al parque de la quinta, que estaba la niña allí y que a partir de eso recuerda mas nada”, contó Terrón ante las cámaras de televisón y agregó: “O sea, una amnesia mentirosa”.

Para el fiscal, Varela trató “de colocarse en una situación ventajosa, con una amnesia selectiva y mentirosa, para lograr una inimputabilidad”. Y destacó: “Admite que tuvo contacto con la nena, lo cual es importantísimo”.

“Creo que es una persona lúcida, que sabe perfectamente lo que hizo y por eso intentó ocultar lo que había hecho. Hace esta declaración parcial y dividida que en definitiva lo coloca en la escena del hecho y en presencia de la nena, alegando una amnesia que no le creemos”, explicó Terrón. El fiscal de la causa está convencido de que Varela es el asesino. “No tengo ninguna duda de que el detenido es el autor (del crimen), la prueba es contundente”, dijo. Además, señaló que la Camila alcanzó a defenderse de su agresor y le provocó lesiones en su cuerpo. El detenido está acusado, en principio, del delito de “homicidio criminis causa”, el cual prevé una pena de prisión perpetua.

Camila fue encontrada asesinada el domingo pasado a la tarde en la quinta ubicada en Arias al 1500, en el barrio Ricardo Rojas de Junín. Habían empezado a buscarla ese mismo mediodía, cuando su mamá se preocupó porque no volvía de hacer unas compras en bicicleta e hizo la denuncia en la comisaría. El cuerpo de la nena estaba en la bañadera de la quinta, con una bolsa en la cabeza y un cable alrededor del cuello. La autopsia determinó que había sido abusada sexualmente y estrangulada.

Por el hecho quedó detenido Varela, que trabajaba como casero en la quinta donde se halló el cadáver y quien le abrió la puerta a la policía, visiblemente nervioso, luego de varios llamados. “Actitud evasiva”, definió un investigador. Varela estaba pálido mientras los efectivos entraron a un baño en la planta alta. “Ahí no se puede entrar”, les dijo en un intento tibio. El cadáver de Camila estaba ahí, tendido sobre una bañera, cubierto de contusiones, con un corte en la frente y una bolsa sobre su cabeza. La bicicleta de la nena estaba en una habitación de la casa.

Varela no confesó el hecho. Tampoco lo negó. Lo esposaron mientras estaba en su silla, sentado, sin hablar.