Una cifra omnipresente (723), una palabra que ilumina (RESKATE), tres cambios de ropa, unas cuantas bailarinas y ningún invitado.
Con la mágica Flo Shaw, el cuarteto le lava la cara al rock inglés con poesía, perfos, sinsentido y una sátira al capitalismo.
Sebastián Martínez flashó con el género hace 20 años, cuando escuchó "La batidora" en los carnavales de General La Madrid.
Siempre auténtico en el tumulto, el músico madura entre punk rock, melodías árabes, sonidos metaleros y algo de son cubano.
El ballet cósmico está por comenzar. Acá va un camino de ficciones y documentales de acá y de allá, para evitar marearse.
Al morir Juan, su novia descubre que también andaba con Mora. Ya sin poder hacerle preguntas, juntas caminarán campo arrasado.
Temprano, mientras mucha gente seguía en sus trabajos, la portorriqueña regaló un show bien rico, y con obvia bizarrapeada.
El notable disco llega después de su trío con Dillom e Ill Quentin, su EP autoproducido y sus singles de reggaetón patricio.
Dentro de la cosmogonía musical existe una demanda constante por ubicar a sus integrantes con rango, nombre y poderes. Si Madonna es la reina del pop, Britney es (¿fue?) la princesa.
Sale la cuarta parte que los micros y tarda solo una hora más, con el confort básico resuelto. ¿Lujos? El lujo es vulgaridad.