En nuestras relaciones cotidianas, solemos toparnos con individuos que nos llaman la atención por algunos rasgos de su personalidad.
Bronfenbrener escribió que “ningún comportamiento humano puede ser comprendido o apreciado aislado del contexto en que ocurre”.
El 19 de febrero pasado, presentamos un formal pedido de juicio político al presidente de la Nación por mal desempeño.
La descabellada iniciativa del Gobierno, de mandar a su casa a 96 genocidas, con la excusa de que eso “descomprimiría” las cárceles, hiere a una parte importante de la sociedad.
Cada vez que la pantalla de televisión anuncia que una mujer fue asesinada por su pareja o ex pareja, su muerte nos recuerda la incapacidad de muchos de los operadores del Estado.
Carlos Zannini preguntaba hace unos días si alguien podía, en derecho, explicarle su prisión.
En estudiada sintonía con el modelo económico en marcha en el país se conocieron declaraciones públicas de un diputado de la Nación acerca del genocidio padecido a manos del terrorismo de Estado a
Los genocidas argentinos han sufrido ayer la peor derrota de su cruzada criminal. Y han perdido para siempre.
Las elecciones del domingo pasado en nuestro país transcurrieron con particular tranquilidad y entusiasmo.
Se suele decir, casi mecánicamente, que la vida humana no tiene precio. Cada día, la realidad nos golpea el rostro y el alma, demostrándonos lo contrario.