Cuentas todo el día
ADELANTO | Endeudadas para poder pagar un aborto, para pagar la luz o el gas, para tener teléfono y no quedar fuera del mercado laboral, para comprar las semillas que crecerán en la quinta; la deuda no es sólo esa abstracción que se nombra en miles de millones de dólares y asociada a la palabra “externa” sino un sistema de obediencia a largo plazo que opera en el presente y explota de manera diferenciada cuerpos y territorios. En Una lectura feminista de la deuda “Vivas, libres y desendeudadas nos queremos” –editado por la Fundación Rosa Luxemburgo–, Verónica Gago y Luci Cavallero se proponen “sacar del clóset” a la deuda, situarla, hacerla visible y darle cuerpo para que, como sucede con la herramienta del Paro Internacional Feminista, se abra la pregunta urgente: ¿cómo desobedecemos, cómo nos rebelamos frente a la lógica de las finanzas, sus tasas de interés, su expropiación de nuestro tiempo?