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En el Fondo quieren ver el ajuste antes de sentarse a negociar algo

La número dos del FMI, Anne Krueger, reiteró una vez más que el organismo no iniciará negociaciones para otorgar asistencia financiera hasta tanto no haya “un plan sustentable”. Washington presiona sobre los gobernadores y legisladores.

Por si alguien en el gobierno de Duhalde seguía dudando, Anne Krueger, la estricta número dos del Fondo Monetario, reiteró ayer, por enésima vez, que el FMI ni siquiera iniciará negociaciones para otorgar ayuda financiera a Argentina hasta tanto no le presenten “un plan sustentable” para salir de la crisis. Traducido: Krueger volvió a echar presión sobre gobernadores y legisladores para que apuren la aprobación de un nuevo esquema de coparticipación de impuestos y del proyecto de Presupuesto enviado al Congreso por el Ejecutivo. En la misma línea, Claudio Loser, director del Departamento Occidental del Fondo pidió a los gobernadores y legisladores argentinos que actuaran frente a la crisis de la misma manera que sus pares mexicanos y brasileños que, en su opinión, “asumieron su responsabilidad”. Loser advirtió, además, que “la situación es peligrosa porque la gente está muy frustrada y en este momento hay una sobrerreacción en contra de la clase política”.
El Fondo Monetario también anunció ayer la creación de un nuevo cargo dentro del organismo, el de director de Operaciones Especiales, desde donde se conducirán de ahora en más las operaciones de asistencia a países en crisis, como Argentina. El funcionario designado para ocupar la posición es el indio Anoop Singh, un veterano dentro del organismo, quien se desempeñaba como subdirector del Departamento Asia y el Pacífico del FMI. La designación aumentará la influencia del presidente del Banco Central, Mario Blejer, como interlocutor privilegiado de Washington, ya que Anoop era su subordinado en el Departamento asiático del Fondo.
“Confío que esta decisión fortalezca el esfuerzo actual del FMI para ayudar a Argentina a formular un programa amplio para superar su severa crisis económica y social”, sostuvo en un comunicado el director gerente del Fondo, Horst Koehler.
Por su parte, Krueger volvió a la carga ayer, en declaraciones a la agencia de noticias económicas Reuters. La conservadora vicedirectora gerente del FMI afirmó que “no tiene sentido prestar más dinero en este momento” a Argentina. Pero aclaró que el Fondo podría iniciar “rápidamente” las negociaciones con la administración Duhalde por la asistencia financiera una vez que ésta presente un “plan sustentable”. Así volvió a dejar en claro dos cosas. Uno, que todavía no hay plan sustentable. Dos, que para lograrlo es necesario acordar con gobernadores y legisladores un nuevo proyecto de ajuste de las transferencias a las provincias y de recorte de gastos en el Presupuesto.
“Los cambios fiscales deben llevar al país a una situación más estable”, aseguró Krueger, un economista conservadora de reconocida trayectoria académica y filiación política republicana. En tanto que enumeró las otras tareas pendientes del alumno Duhalde: dijo que el Gobierno necesita terminar de definir a qué tasa se convertirán todas las deudas después de la devaluación. Y habló de la ley de quiebras, que el Gobierno vetó parcialmente, pero el FMI quiere su derogación total. Así, los acreedores extranjeros estarían en mejores condiciones de negociar con los grandes grupos locales endeudados en dólares con el exterior. Además, mencionó la necesidad de sanear el sistema financiero y la renegociación pendiente de la deuda pública con los acreedores extranjeros.
Como es sabido, la aspiración de máxima del equipo de Remes Lenicov es reestablecer los créditos pendientes de desembolso del blindaje, suspendidos hacia noviembre del año pasado, cuando Washington decidió bajarle definitivamente el pulgar a la gestión De la Rúa. Así, contando el FMI, el Banco Mundial y el BID, podría haber unos 9000 millones de dólares disponibles para el país, pero no para ser desembolsados de una vez sino en cómodas cuotas.
Claudio Loser, en línea con los dichos de su jefa, también aportó su granito de presión sobre la dirigencia política argentina, al compararla críticamente con la mexicana y brasileña. La disciplina fiscal que se necesitaba para mantener el régimen de convertibilidad “no se dio por una serie de razones. No hubo credibilidad y los gobiernos de las provinciastenían mayor libertad financiera que por ejemplo en México o Brasil. Emitieron sus propias monedas y eso debilitó más la situación”, explicó en una entrevista con el diario mexicano El Financiero.
“A diferencia de Argentina, cuando las crisis financieras se presentaron, la clase política, los gobiernos provinciales y los legisladores asumieron su responsabilidad”, destacó Loser. Y prosiguió: “Nadie dijo ‘esto me lo impuso el Fondo’, porque ningún consenso político puede ser impuesto. Tampoco hay recetas, sólo programas de estabilización que se integran a partir del margen de maniobra, que en condiciones de estrés financiero es muy limitado y cuyo éxito depende de la voluntad política de la sociedad, de los legisladores y del gobierno para lograrlo”, resumió Loser la versión de los hechos “made in Washington”.

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Loser, director del Departamento Occidental del FMI: “La situación es peligrosa”, advirtió.
 
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