CARTAS DE LECTORES

CARTAS

Discapacitados

Soy discapacitado y no puedo conseguir ningún tipo de trabajo. Existiendo leyes que garantizan inclusión laboral en los organismos del Estado o de la ciudad, son ignoradas por las autoridades y no se cumplen. Para los discapacitados no hay país en serio, no hay inclusión laboral, no hay justicia ni cumplimiento de las leyes, en definitiva no hay derechos humanos e igualdad. A las autoridades nada les importan los reclamos que ya hace seis años vengo efectuando. Todos los reclamos hechos en organismos oficiales para el cumplimiento de las leyes son derivados al Ministerio de Trabajo, al Conadis o al Copime en el gobierno de la ciudad. Todos te ignoran y no hacen nada para darles trabajo a los discapacitados por más capacitados que estén y sólo consiguen trabajo los que tienen algún tipo de contacto con el poder. De este abuso y del incumplimiento de los derechos humanos de los discapacitados nadie habla en los medios y nadie se hace responsable en ningún poder del Estado. Esperemos que esta injusticia brutal tome estado público y las autoridades tomen conciencia y hagan cumplir la ley y me den una oportunidad a mí y a todos los discapacitados que están en mi misma condición.

Fabián Trerotola
DNI Nº 17.652.627

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¿Una vez más?

Hoy me duele mi Argentina. El fiscal Strassera, en su acusación contra las Juntas Militares, utilizó una frase que sintió pertenecer al pueblo argentino: “Señores jueces: ‘Nunca más’”. ¿Qué pasó? ¿Qué nos pasó? ¿El “nunca más” se convirtió en “no me importa más”? Lo que en un principio nos “horroriza” termina en la aceptación y resignación. Nos resignamos a lo inaceptable: la falta de solidaridad, el egoísmo, la discriminación, la ingratitud y la indiferencia. El espanto primero se torna en resignación cada vez con mayor rapidez. Se cumplirán dos años de la tragedia de Cromañón. Antecedía la tragedia de Kheyvis. Para cada madre su hijo era único. ¿Qué pasó? ¿Qué nos pasó? ¿Nunca más? Quien sufre una herida descubre que únicamente lo comprenderán cuando el dolor sea en carne propia. Contemplé el atentado contra la Embajada de Israel, después la AMIA. Hechos aberrantes. Pero... ¿Y el castigo a los culpables? Vienen a mi memoria tantas personas... e injusticias... que de recordarlas, me estremezco... Desaparecidos; Cabezas; Bulacio; Carrasco, Jimena Hernández; María Soledad; Malvinas; Bordón; “Triple A”; Río Tercero, Banco de Ramallo, LAPA; casos de gatillo fácil, secuestrados, Axel... ¡Cuántas víctimas! El espanto que genera el asesinato es idéntico. Una vida truncada nos deja la misma impotencia y el mismo sabor en las lágrimas. No debemos resignarnos ni olvidar. Mañana puede estar cualquiera de nosotros en la misma situación. El mal de algunos termina inexorablemente convirtiéndose en el de todos... Luchemos para que Nunca Más ocurra.

Adriana Lenardón
DNI Nº 13.131.618

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