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Por K. M.

Durante la presentación de su libro de ensayos No es posible callar, en el teatro La Comedia, Héctor Tizón tiró la primera piedra. Consultado sobre el Congreso de LaS LenguaS, organizado en defensa de una pluralidad de lenguas y no en una que aparece como hegemónica, tildó la actitud de Adolfo Pérez Esquivel, presidente de ese congreso, de “oportunista”. “Si realmente se hubiera visto con cuidado el temario de los asuntos a tratar por el Congreso de la Lengua, se hubieran dado cuenta de que lo que están proponiendo estaba comprendido aquí”, atacó en diálogo con Página/12.
–¿Por qué está en contra del congreso organizado por el Serpaj?
–En este país practicamos siempre el litigio, como si no nos bastara el que nos provoca el mero hecho de vivir. Cuando hagamos un congreso sobre la Ley de la Gravedad va a haber un contra-congreso para discutirla y nos vamos a caer todos. La actitud del señor Pérez Esquivel a mí me sorprende, porque no me consta que él conozca una palabra de mapuche, guaraní, quichua o aymara, que tenga algo que ver con la cultura de las minorías aborígenes de la Argentina. Yo sí lo tengo, porque pertenezco a la única región del país en la que hay una verdadera cultura aborigen.
–Pero pretender que las minorías sean defendidas sólo por aquellos que integran esas minorías, ¿no significa contribuir a la exclusión? ¿No es bueno que haya una defensa desde otros lugares?
–Sí, es bueno. Lo que no es bueno es que se asuman posiciones que suenan un poco demagógicas. Por ejemplo, el señor Blumberg no es dueño del dolor de haber perdido un hijo. Yo no le conozco haber derramado una sola lágrima por treinta mil desaparecidos, de manera que no puede montarse en el lomo de la ola y pedir reformas de cosas que no conoce y que han fracasado en todo el mundo. Es muy parecido al oportunismo. Y en el caso de Pérez Esquivel, lamento decir que también.
–¿Califica a Pérez Esquivel de oportunista?
–La actitud me parece oportunista, no él, que ni lo conozco.
–Otros colegas eligieron participar de los dos congresos, argumentando que no son opuestos entre sí.
–No es una cuestión de elección. A mí me han invitado a participar de este congreso y cumplo con la invitación. Las que me parecen lamentables son las actitudes políticamente oportunistas. Porque estamos cayendo en el mismo pecado que nos llevó a la tragedia.
–La suya fue la única voz clara en contra del otro congreso.
–Si andamos con medias tintas, no nos vamos a entender nunca. En las cosas esenciales hay que hablar con claridad. El hecho de hablar de esta manera me ha costado muchos problemas, no se olvide de que yo soy juez. No podemos hacernos los tontos, mirar para otro lado. Si hubiera practicado ese deporte, no hubiera padecido diez años de exilio.