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Huracán se sobrepuso anoche a un comienzo caótico y rescató un empate en dos goles en el Gigante de Arroyito. Central arrancó con dos goles, el de Pino y el de Pranich en contra, pero Huracán logró igualar antes del cierre del parcial con los intentos aislados, pero profundos, de Comba y Alonso. Los dos equipos comparten serias fallas en la retaguardia y promedios perturbadores.
El primer tiempo arrancó muy mal para Huracán, porque Pranich falló al intentar cortar un centro y Pino apareció para convertir, a pesar de quedar rodeado por el juvenil zaguero, el marcador lateral Graieb y el arquero Schulmeister. Para peor, apenas iban 11 y Luciano Figueroa mandó un centro bajo, la pelota se desvió en Pranich y cambió su recorrido al gol para mayor desesperación de Schulmeister. Por entonces, la suma de rendimientos individuales y colectivos, el control de la situación y las facilidades para llegar parecían anunciar una jornada plena de satisfacciones para los rosarinos. Huracán se equivocaba en defensa y el local generó complicaciones por la izquierda con las proyecciones de Pino.
A pesar de ese panorama, a los 30 descontó Comba, quien terminó una acción con gran categoría sobre la salida de Castellano, aunque el gestor de la oportunidad fue Zermattén mediante un excelente pase en profundidad. La sorpresa se incrementó porque cuando se cumplían 35 minutos Alonso atacó en profundidad, eludió hasta el manotazo del arquero y logró el empate con un remate terminal. El equipo de Babington respiró con tranquilidad al llegar al final de la etapa con ese resultado reparador.
En la segunda etapa el conjunto de Menotti procuró la victoria con decisión, pero Huracán de ninguna manera repitió en la última línea errores graves como los del capítulo inicial. Huracán se mantuvo atento y ordenado y cuando lo necesitó contó con las manos oportunas de Schulmeister.