DEPORTES › HASTA FERNANDO MIELE QUIERE VOLVER A SER PRESIDENTE DE SAN LORENZO

Sólo falta que se postule Viggo Mortensen

El pasivo del club de Boedo supera los 100 millones de pesos, pero no asusta a los seis candidatos que van a presentarse en las próximas elecciones. El actual presidente Rafael Savino se aleja, Tinelli tiene sus pollos.

 Por Gustavo Veiga

Camino a las elecciones de San Lorenzo, hace falta revisar la letra del célebre tema “Cuando los santos vienen marchando”, de Louis Armstrong. En el club marchan tan divididos como en otras épocas. Esas que lo transformaron en lo que Dante Panzeri hubiera llamado “la versión modernizada del antiguo comité de los adoctrinamientos electorales”. El 11 de diciembre se vota en Boedo y los socios podrán elegir entre seis listas. Hay de todo, como en botica. Desde el intento por regresar al gobierno del polémico Fernando Miele hasta la subcomisión del hincha, que reúne a gente con prácticas más horizontales que el personalismo del ex presidente. O las candidaturas de Carlos Abdo, el empresario que controla la publicidad estática en los estadios del fútbol argentino; Ramiro Monner Sans, el procurador de la ciudad de Buenos Aires; Claudio Di Meglio, el actual tesorero y postulante oficialista, y la oferta electoral que se completa con Marcelo Moretti, un abogado y empresario gastronómico que es hijo de uno de los dueños de Editorial Perfil.

El protagonismo que cobró Miele en su intento por recuperar la presidencia que ejerció entre 1987 y 2001 lo coloca ahora en el centro del escenario político de San Lorenzo. Aún sin reunir los requisitos para ser candidato –una asamblea de representantes lo expulsó del club y perdió su condición de socio–, es imposible soslayarlo. Sería algo así como que Carlos Menem intentara ser presidente de la Nación en 2011. Con el riojano comulgó un mismo estilo de manejar el poder. Y lo aduló más de una vez en público. Hasta lo nombró presidente honorario del club.

¿Cómo hará Miele para presentarse en los comicios? Pretende que le devuelvan el carnet de socio que perdió durante la gestión de Alberto Guil. Su argumento es jurídico: lo sobreseyeron –concediéndole el beneficio de la duda– en la causa que le iniciaron por administración fraudulenta después de presidir el club durante catorce años. Por eso, la agrupación interna que lo respalda, Cruzada Azulgrana, ya presentó unas 500 firmas para que se convoque a una asamblea que le restituya su condición de asociado. La contra que tiene es que está lejísimo de conseguir los votos necesarios para que le aprueben su pedido en la asamblea. Necesitaría cuarenta y apenas tendría garantizados dos.

Al ex presidente lo acompañan Roberto Edi, el dueño de Café El Monaguillo, y Oscar Mangone, sindicalista del gremio del Gas, quien integró la lista del comisario Luis Patti en la provincia de Buenos Aires en las elecciones nacionales del 2003. Este último también pidió por carta a la comisión directiva actual que le devolvieran a Miele su carnet.

La Cruzada Azulgrana hace proselitismo por su candidatura. Hace un par de fines de semana invitó a ver el clásico contra Boca en un local de la avenida Asamblea y sirvió un lunch para los nostálgicos mielistas. “Me han proscripto y no permiten siquiera que sean los socios de San Lorenzo los que elijan si debo estar en el club o no”, escribió el ex hombre fuerte en Facebook.

El oficialismo sin Rafael Savino y otros dirigentes desgastados como él que se hicieron a un costado ya tiene su fórmula: Claudio Di Meglio-Horacio Arreceygor. El primero es el tesorero de la directiva actual y su compañero de fórmula, además de ser vocal, conduce el Sindicato Argentino de Televisión (SAT). A la lista se sumarían un juez porteño, Marcelo Vázquez, un diputado de la ciudad de Buenos Aires, Gonzalo Ruanova, y otro hombre de los medios: el periodista Alberto Barilari.

Pero el candidato que posee el vínculo más directo con una de las principales editoriales periodísticas del país es Marcelo Moretti, un abogado joven cuyo padre es Luis Angel Moretti, vicepresidente de Perfil y ex integrante del staff de la célebre revista El Ciclón en los años ’50 y ’60. En las encuestas dice estar parejo con el oficialismo e imagina que si llegara a la presidencia, la relación con los futbolistas debería cambiar: “No estoy de acuerdo con que el jugador de fútbol profesional tenga un trato directo con el presidente. Creo que hay que poner un filtro. El presidente debe ser una figura a la que no se llegue fácilmente”, le dijo al medio partidario Mundo Azulgrana radio.

A Moretti lo rozó en mayo pasado un episodio de violencia protagonizado por dos sectores de la barra brava del club. En una discoteca de Puerto Madero, Acqua Lounge, comenzó una disputa que luego continuó a los tiros por las calles de Boedo. El candidato, según sus propias palabras, había hecho la gestión para que un grupo de hinchas utilizara aquel lugar y recaudara fondos para viajar al Mundial de Sudáfrica. El arquero Pablo Migliore era el invitado del plantel. Pero todo terminó mal entre “la Butteler” y el grupo llamado “Los del mástil”.

Abdo es el dueño de Estática Internacional, la empresa que regentea el lucrativo negocio de la publicidad en los estadios. Paraguayo como Carlos Avila, otro ex peso pesado del mercado televisivo y futbolero, se dice su amigo y socio moral. Hoy le propone prestarle al club 20 millones de pesos para la realización de obras en el estadio, la avenida La Plata y la Ciudad Deportiva. Si su idea fuera aceptada, se transformaría en el principal acreedor del club. El empresario compró, haciendo pequeños aportes de dinero, varios futbolistas en sociedad con Marcelo Tinelli y el ex jefe de medios menemista, Raúl Delgado, entre otros: los dos Torres, Aureliano y Juan Manuel, más el pibe Bordagaray. No parece tener pruritos en mezclar la política del club con los negocios.

Designado por Mauricio Macri a mediados de agosto pasado como procurador general de la ciudad, Ramiro Monner Sans parece que se hará un tiempo en sus actividades oficiales para postularse en las elecciones. El hijo del conocido abogado Ricardo Monner Sans –famoso por sus denuncias mediáticas– encabezaría una, entre la media docena de opciones electorales que se presentarán en el club. La restante es la denominada Cruzada por San Lorenzo, que hace campaña como “la alternativa política de la subcomisión del hincha”. Se fundó hace cinco años a partir de una autoconvocatoria entre los socios y simpatizantes. Su candidato a presidente es el ingeniero Claudio De Simone. Dicen que decidieron presentarse cuando los instó a hacerlo Marcelo Tinelli, figura omnipresente si la hay en San Lorenzo y al que definen como un “magnate televisivo”.

Lo que no resiste discusión alguna en un programa de TV es el pasivo del club. Supera los 100 millones de pesos y los candidatos parece que no le esquivan el bulto a tan incómoda herencia. “Gobernar es poblar”, decía Alberdi. Si se permite parafrasear al prócer, en San Lorenzo hay un aspirante a presidente por cada metro cuadrado.

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El actor estadounidense Viggo Mortensen, fanático de San Lorenzo.
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