[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

Por Daniel Guiñazú
El Luna Park brindará esta noche su tercera función de boxeo. Pondrá sobre la lona de su ring histórico una pelea por una porción de un título del mundo. Se enfrentarán, a 12 rounds, el argentino Héctor Javier Velazco (72,250 kg) y el húngaro Andras Galfi (72,150 kg) por la corona interina de los medianos de la OMB, y quien resulte ganador, deberá enfrentar al campeón en receso, Harry Simon, de Namibia, inactivo a raíz de un severo accidente automovilístico. La velada, que arrancará a las 21 y que TyC Sports televisará a todo el país a partir de las 22, tendrá un semifondo interesante: el que protagonizarán Ramón Brítez y Mariano Carrera por el campeonato argentino de los medianos.
Es preciso poner la importancia del combate en su justo término. El rey indiscutido de los medianos es el estadounidense Bernard Hopkins, uno de los dos boxeadores de todo el mundo (el otro es el ruso Konstantin Tszyu) que manda en tres de las cuatro entidades más importantes: la Asociación, el Consejo y la Federación. Harry Simon es el campeón de la OMB y en un hipotético ranking unificado, Velazco y Galfi figuran cómodamente por debajo del 20º puesto.
En este caso, la cintura de Osvaldo Rivero, el manager de Velazco, maniobró con maestría. Su pupilo, 3º en el ranking de la OMB, estaba en línea para enfrentar al inglés Wayne Alexander (2º) por el título en receso. Pero como Alexander despreció la pelea porque no le interesaba el argentino, Rivero hizo valer antiguas influencias ante la OMB y consiguió que le habilitarán una chance ante el mejor clasificado disponible, el húngaro Galfi (4º), quien aceptó bajar a Buenos Aires, por una bolsa muy inferior a la que hubiera pretendido cobrar cualquier boxeador estadounidense o inglés en su misma situación.
Velazco (28 victorias, 20 por nocaut, 2 derrotas y 1 empate) es el campeón latino mediano de la OMB desde hace dos años. Pero eso no significa nada de cara a esta pelea. En su carrera no brillan los nombres ilustres y por eso es, casi, un perfecto desconocido fuera del ambiente de los puños. Tiene buena línea, un jab de izquierda pesado y una derecha recta picante. Con esas armas y con la condición de local buscará ganar la media corona.
Galfi, un rubio de ojos celestes con aspecto más de galán de cine que de rudo boxeador, es una incógnita. Nadie nunca lo vio pelear y en su record (42 combates, 7 derrotas y 3 empates con 26 nocauts) sólo figuran dos referencias dignas de mención: el inglés Glenn Catley (con quien ganó y perdió) y el marroquí Morrade Hakkar, reciente perdedor de Hopkins. Se sabe que fue campeón húngaro de los medianos, internacional del Consejo e Intercontinental de la OMB y no mucho más que eso. Se lo descubrirá esta noche sobre el ring del Luna Park.