DEPORTES › PERDIA 3 A 1 CON EL JUNIOR
Y VUELVE CON MEDIA CLASIFICACION

Boca logró un empate inesperado

Con Traverso, Cascini, el Mellizo y un gol de Delgado en tiempo de descuento, tuvo una gran levantada en el segundo tiempo. En las valijas se trae desde Colombia un punto que vale doble. Un empate de hasta dos goles lo clasifica.

El bombazo de Marcelo Delgado, que se desvió en el pie de Henry y se coló en el ángulo de Carlos Pérez, cuando ya se había jugado un minuto del descuento en el calor de Barranquilla, consagró en los labios de Boca la doble dulzura de un empate inesperado ante el Junior. En principio, porque el 3-3 significa una puerta muy abierta a la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores versión 2005, teniendo en cuenta que, a partir de esta edición, los goles conquistados como visitante valen doble en caso de empate en puntos y tantos; y, especialmente, porque como venía la mano en el primer tiempo, hasta el hincha más caracterizado del equipo de la Ribera aceptaba casi como un regalo divino la posibilidad de que la derrota parcial 3-1 no se extendiera al papelón. Por eso el 3-3 agónico tuvo tanto sabor a triunfo.
El gol madrugador de Schiavi (centro desde la izquierda de Bedoya, cabezazo seco del defensor al medio del arco, la pelota que se escurre de las manos del arquero) fue un espejismo porque, diez minutos más tarde, Boca ya perdía 2-1 y, peor aún, no hacía pie en el campo, cacheteado y desorientado. Una gruesa falla de Traverso en el fondo derivó en la llegada de Arzuaga al área chica, el centro rasante y el toque del ex Boca Omar Pérez para señalar el empate. El mismo Arzuaga aumentó la ventaja tras otro error defensivo de Boca, cuando Aparicio metió un pase entre Schiavi y Traverso para Arzuaga, que remató de zurda. Pasada la media hora llegó el tercero: la jugada la inició Pérez, quien tocó a Arzuaga, y éste, de taco, dejó a Acuña solo frente a Abbondanzieri. Definió abajo, junto a un palo.
Boca cambió en el segundo tiempo, mientras el Junior perdía protagonismo. La actitud del equipo argentino fue otra, florecieron las ideas, se ocupó con más criterio el espacio, apoderándose de la pelota. Así, no extrañó que llegara el descuento, en una gran jugada, cuando Guglielminpietro habilitó a Palermo y éste, con un toque sutil, dejó a Rodrigo Palacio mano a mano con Pérez. El delantero lo eludió, abriéndose hacia la derecha y definió, de derecha y sin mirar al arco, entre las piernas de Marcelo Méndez.
Benítez acomodó algunas piezas, retrasó a Vargas y mandó a Delgado y, más tarde, a Barros Schelotto a la cancha, para acentuar el dominio –el Junior no generó peligro en el complemento– y asegurar el empate. Precisamente fue Delgado el que, ya en el descuento, sacó un remate desde fuera del área que se desvió en Henry y selló la igualdad. El jueves 26, a las 19, en la Bombonera, se decidirá la suerte de esta eliminatoria. La victoria o el empate hasta por dos goles clasificarán a Boca.

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La cabeza de Schiavi volvió a figurar con un gol madrugador.
 
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