En el cielo, fuegos artificiales. En las tribunas, cerca de 40 mil personas. En el campo de juego, transformado en pista de carreras, dos de los tres mejores pilotos del mundo de rally cruzando sus máquinas de 300 HP en la tierra. La definición no es por penales sino al cronómetro. El Estadio Córdoba vivió su momento de gloria en la apertura del Rally de la Argentina cuando, a las 19.45, el campeón del mundo, Sebastien Loeb, y su principal rival, Marcus Gronholm, se batieron a duelo. Al cabo de 4 kilómetros corridos a 50 km/h, el finlandés (Ford Focus) lo venció por 2s4 y lidera el rally al cabo de las dos pruebas especiales disputadas en el estadio. Loeb (Citroën Xsara) quedó tercero detrás de Petter Solberg (Subaru Impreza) que se coló entre ambos, a 1s8 del puntero.

Habrá sido la noche ideal de los cordobeses, pero no para los argentinos que compiten en este rally. Luis Pérez Companc (Ford Focus) quedó 13º a 12s6 de Gronholm, mientras que los tres Mitsubishi del Tango Rally Team de David Nalbandian (que dio una vuelta al trazado a bordo de un auto de seguridad de la prueba) con Sebastián Beltrán, Gabriel Pozzo y Marcos Ligato al volante se ubicaron 15º, 20º y 26º, respectivamente. En el Estadio Córdoba, el Tango fue Mi noche triste... El líder del Grupo N es el italiano Mirko Baldacci (Mitsubishi). La sorpresa la dio Omar Yoma, sobrino de Emir y Zulema , que está 17º con su Subaru.

Fue una noche especial. Los dos arcos, sin las redes, quedaron clavados en la línea. También se salvó el 75 por ciento del césped. Una curva cerrada zigzaguea ante el área como una gambeta del rally a las convenciones. El puentecito que está en posición de enganche es llamativo por su aparente fragilidad y angostura. Pero resiste. Aunque la cancha tenga una longitud de 110 metros, con sus retuerzos el circuito mide 1166 metros y cada auto realizó cuatro pasadas, dos en cada especial.

No es un invento argentino. Lo ensayaron los griegos el año pasado en el Estadio Olímpico de Atenas y, aunque una prueba de estas características no puede disimular su carácter, es artificial, no de rally puro, las tribunas se llenaron entonces con 67 mil fanáticos. Los franceses hacen lo mismo para la Carrera de los Campeones de fin de año, en el Stade de France (sede de la final de la Copa del Mundo de 1998) y, como en Grecia, se preparó el terreno revistiéndolo con material fenólico y ¡asfaltando arriba! El Automóvil Club Argentino, que organiza el rally, aplicó la idea adecuándola al terreno.

Aquí, en Córdoba, el piso del circuito es de fenólico, con una superficie de tierra árida mezclada con un fino pedregullo, y para prepararlo se invirtieron cerca de 300 mil pesos, que aportó el gobierno provincial de José Manuel de la Sota (quien fue silbado por el público). Hubo cotilleo de boicot, pero el intendente Luis Juez acabó con las discusiones, afirmando: “La única manera en que podemos boicotear el rally es si salgo a correr con el karting a rulemanes que tengo en el fondo”.

Para demarcar el circuito se usaron tanto los paredones que separan el terreno de juego del foso olímpico como 14 mil bolsas de arena. Se esparcieron 1500 metros cúbicos de tierra árida sobre el camino, regados luego con 100 camiones de agua. Se removieron 3 mil metros cuadrados de césped, pero la cancha tendrá que volver a estar lista para el partido Talleres-Chicago del 14 de mayo.

Los fanáticos podrán ir hoy a la montaña en la zona del Valle de Punilla para ver gratuitamente el rally, o pagar para acceder a las carpas VIP instaladas al costado del camino, con precios de entre 110 y 300 pesos. Habrá ocho pruebas especiales con 159 kilómetros cronometrados.