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“El talento no se puede frenar con unas leyes”

Gabriel Batistuta opinó contra la nueva legislación italiana que impedirá el ingreso de futbolistas extracomunitarios al Calcio. “Pero exageran los que dicen que es una medida discriminatoria”, opinó. Hay problemas con Zapata y D’Alessandro.

“El talento no se puede frenar.” Con esa frase, Gabriel Batistuta expresó su opinión sobre la reciente legislación promulgada en Italia que impide el ingreso de futbolistas extracomunitarios a partir del próximo 31 de agosto, una medida que ya está causándole problemas a algunos jugadores argentinos, como es el caso del volante de River Víctor Zapata, cuyo pase a la Reggina está estancado a consecuencia de la nueva legislación. Inclusive, el futuro pase de Andrés D’Alessandro a la Juventus parece haber entrado en una zona impredecible.
“Por un lado me parece una medida exagerada, un freno excesivo. Pero por el otro, es necesario reconocer que los equipos italianos eran muy propensos a comprar paquetes enteros de jugadores extracomunitarios, y a veces no se buscaba el talento, la calidad demostrada, sino porque costaban menos que los futbolistas italianos”, consideró el goleador.
La Federación Italiana de Fútbol (FIGC) autorizó a los clubes a inscribir solamente un jugador sin pasaporte de la Unión Europea antes del 31 de agosto, fecha en que se clausurará el ingreso, de acuerdo con la nueva ley de inmigración promulgada en el Parlamento romano.
Para el delantero argentino, “el modo en que se podría evitar este freno a los extracomunitarios sería apuntar al talento, al que juega bien”. Batistuta reflexionó: “La puerta en la cara no se le puede cerrar a ninguno, es cierto, pero la elección habría que hacerla con cautela”.
De todas maneras, el máximo goleador de la Selección Argentina se mostró en desacuerdo con los que opinan que la medida es racista. “Están equivocados los que afirman, de manera extrema, que esto es discriminatorio. No es así”, opinó, aunque sin fundamentar su juicio, y cerró la discusión argumentando que prefiere “hablar de fútbol, un tema esperado, pensado, ansiado, y no de política, que es la verdadera enfermedad, que complica siempre todo; a mí no me gusta”.
El pase de Zapata a la Reggina se frenó porque el club de Calabria se siente presionado ahora por la limitación impuesta por la FIGC. El club había arreglado el préstamo del argentino en una suma cercana a los 350 mil dólares, pero la decisión de la FIGC ha puesto al club en la necesidad de decidir a cuál de los jugadores extracomunitarios que pretendía contratará finalmente. Zapata pelea por esa plaza con el paraguayo Carlos Paredes, adquirido al Porto, con el defensor ghanés Mohammed Gargo del Udinese e, inclusive, con el delantero de Vélez Roberto Nanni, por el que el club calabrés habría mostrado interés. De todos ellos, según la nueva reglamentación, solo uno puede ser inscripto por el Reggina.
El que no tiene problemas es Mauro Camoranesi, el argentino del Verona que ha sido cedido al campeón Juventus y de quien el entrenador Marcello Lippi espera que sea el nuevo eje del conjunto. Como Camoranesi no ocupa plaza –porque ya estaba dentro del Calcio– queda un lugar extracomunitario en el club de Turín, que pretendía otros dos jugadores de River: Fernando Cavenaghi y Andrés D’Alessandro. El director general de la Juventus, Luciano Moggi, preferiría contratar a Cavenaghi, dada la confianza que Lippi le tiene a Camoranesi.
Quién dejaría el fútbol italiano, pero no a causa de la legislación sino a consecuencia de una diferencia económica, sería Hernán Crespo, quien pasaría del Lazio al Manchester United como pago por la deuda que el club italiano mantiene con el inglés por el pase del defensor holandés Jaap Stam. Las relaciones de Crespo con el presidente del Lazio, Sergio Cragnotti, son tensas.

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“Los italianos compraban paquetes de extracomunitarios”, dijo Bati.
 
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