DEPORTES › ROGER FEDERER, EL MEJOR TENISTA DEL MUNDO, EN UNA ENTREVISTA SOBRE SU CARRERA Y SU VIDA

“Yo no juego para quebrar los records”

El suizo confiesa que su objetivo es ganar títulos antes que romper marcas como la de Vilas, que no se considera el mejor tenista de la historia, aunque podría serlo dentro de un par de años, y que este año apunta a ganar Roland Garros, “porque es lo que la gente espera que haga”.

 Por Sebastian Fest
Desde Miami

–Cada vez hay más elogios a su figura. Es lógico, porque está logrando cosas muy importantes. Pero, pese a todo, sigue siendo usted humano. ¿No tiene a veces la impresión de que se exagera? ¿Le gustaría que la gente fuese a veces más sincera?

–Los elogios y todo eso sin dudas me los gané; pero, sí, a veces me gustaría que la gente me diera algo más de tiempo y dijera: “OK, haces cosas fantásticas, records y todo eso, pero vamos a evaluarte en el final de tu carrera y entonces veremos si realmente fuiste el mejor o te acercaste. Eso es lo que esperaría un poco más de los medios; aunque entiendo, por supuesto, que si en Dubai quiebro el record de Jimmy Connors, el torneo quiera hacer algo especial conmigo. Para mí no sería imprescindible hacerlo, pero no juego para quebrar records, juego para ganar torneos. Como Nadal estuvo jugando algo peor en los últimos meses, me miran más a mí; también por el título en el Abierto de Australia, por haberme acercado más al record de Pete Sampras. Por supuesto no estoy sorprendido de que se hable de ello, pero realmente a veces es demasiado para mí.

–Usted, de joven, ¿soñaba con tanto o era algo más modesto?

–No, no, algo más modesto. Claro que uno sueña siempre con ser un futbolista y anotar el gol del año de “chilena” y en la final del Mundial. O sueña con una victoria en la final de Wimbledon, arrodillándose sobre el césped, como todos tus ídolos hicieron. Claro que tengo sueños, aunque son más en broma, menos reales. Lo que sucede es que ahora todo es casi anormal, es anormal ver cómo se desarrolló mi carrera en el curso de los años.

–Se lo ve más seguro; es una evolución que parece ir en paralelo con su crecimiento como tenista. ¿Cuánto lo ayudó el tenis a crecer como persona?

–Mucho; creo que me hizo crecer mucho. Estoy mucho en el centro de la atención. Hay que acostumbrarse a eso, porque en el fondo uno no quiere estar siempre en medio de todos los focos. Por ejemplo, preferiría que no todo el mundo esté mirándome cuando voy a comprar “muesli” al supermercado. El tenis me hizo crecer mucho, paso mucho tiempo con gente importante, con gente famosa, pero también con gente mayor que yo. Y si paso tanto tiempo con ese tipo de gente, sin dudas crezco como persona, sin olvidar de dónde provengo, por supuesto. Mis raíces están en Basilea, con mis amigos y mi familia, y eso no cambiará nunca. Por eso es tan interesante para mí conocer las diferentes culturas que hay en el mundo. Viajo mucho, y me gusta hacerlo. Por eso creo que el hecho de que el tenis sea un deporte tan global es algo que debería ser más aprovechado en el circuito.

–Imagine que finalmente no logra ganar el Grand Slam. ¿Sería eso un fracaso? Dicho de otra manera: ¿se siente obligado a ganar el Grand Slam?

–¡No, para nada! Creo que si hay algo que la gente realmente espera de mí, eso es el título en Roland Garros. La gente ya vio todo lo demás. Es decir, haber ganado 41 partidos en forma consecutiva es un gran logro, una meta que uno no debe ponerse, pero que puede alcanzar. Hay que estar muy bien preparado para cada partido. Está claro que si pudiera elegir algo, sería ganar el Abierto de Francia, pero lo más emotivo seguirá siendo para mí Wimbledon: espero ganar ahí tantas veces como sea posible.

–Suponga que gana en París. La presión en Londres sería entonces monstruosa, porque estaría realmente camino al Grand Slam.

–Sí, está claro que entonces se pondría todo muy interesante, porque ya gané tres veces seguidas el US Open y cuatro Wimbledon. Y en Wimbledon sería especial, porque podría igualar el record de cinco títulos consecutivos de Björn Borg.

–Usted ya superó el record de Jimmy Connors de 161 semanas sin pausa al frente del ranking, y estuvo muy cerca de superar el de Guillermo Vilas con 46 partidos ganados. Pareciera que, conscientemente o no, estuviera clausurando, 30 años después, toda una época, la del mítico tenis de los ’70.

–Sí, pero hay aún muchos otros records que otros mantienen. Me alegra que esta generación esté quebrando marcas, aunque no la de Sampras. Y cuando veo cómo están subiendo los más jóvenes, sin dudas puede suceder que superen mis records si dejo de jugar tan bien. Es por eso por lo que estoy tan contento de que las cosas vayan tan bien ahora.

–Boris Becker dice que el nivel de las grandes figuras del tenis masculino hoy no es tan alto como el de los ’70 u ’80, que no hay que declararlo a usted aún como el mejor de todos los tiempos, que Sampras y Laver siguen por encima de usted. ¿Qué opina?

–Sí, claro. Estoy muy lejos aún de ser el mejor tenista de todos los tiempos. Si sigo así, en los próximos dos años todo indica que lo seré. Pero estoy lejos de eso aún, muy lejos. Hay que verlo de esta manera: si me retirara ahora, ¿sería el mejor de todos los tiempos? No, para nada. Es por eso por lo que no soy el mejor. Quizá soy el que mejor juega de la actual generación. Está claro que no hay que compararme con los mejores deportistas de la historia, como Muhammad Alí, o con los mejores tenistas de todos los tiempos. Eso es lo que quería decir en la primera respuesta, hay que dejarme algo de tiempo, e incluso es lógico que algunos ex jugadores casi se enojen cuando se habla tanto del tema de si soy el mejor de la historia. De repente viene uno y, ¡uh!, sube dándole un golpe en las costillas a todos. Yo no fuerzo eso, son los medios. Y el respeto es importante.

–Cuando ganó el torneo de Dubai, un columnista escribió que usted jamás será el mejor de la historia porque no muestra emociones.

–Eso es sólo una persona, pero yo soy muy emotivo en la cancha. Sucede que estoy muy concentrado, y cuando se ve cuánto me quiere la gente en los estadios de todo el mundo, entonces debo pensar que esa persona no vio suficientes partidos míos, que quizá siguió todo desde lejos. Y es por eso por lo que esos comentarios me dan un poco igual.

–¿Cuándo llegará el tiempo de Roger Federer en la Copa Davis?

–A ver... Por el momento sigo luchando para que cambien todo el calendario, para que modifiquen las semanas en que se juega la Copa Davis, porque creo que las semanas no están bien estructuradas. La Davis debería jugarse tras el Abierto de Australia, tras Miami, tras el US Open y directamente después de Shanghai. Siempre a la semana siguiente, y no con una semana de pausa en el medio, porque se pierde mucho tiempo y el calendario de la ATP se estira. En la final de un Grand Slam sólo hay dos jugadores, los otros ya perdieron antes. Creo por lo tanto que debería ser posible. La FIT me dice que ellos saben mejor lo que les conviene a los jugadores, pese a que los “top 20” están de acuerdo con mi propuesta. Hasta que eso no se solucione, la Copa Davis no será una prioridad para mí.

–En un viaje de Shanghai a Seúl para una exhibición que hicieron en noviembre, usted y Rafael Nadal conversaron sobre muchos temas. ¿Piensan en intentar determinadas cosas juntos? ¿En hacer presión, por ejemplo, en temas polémicos como el del sistema de round-robin?

–No realmente. Es bueno que hablemos, que discutamos los problemas del circuito. Me alegro por él, porque es muy joven. Cuando yo tenía su edad nadie se acercaba prácticamente nunca a preguntarme mi opinión, porque mi ranking era mucho peor. El está ahora en la posición de influir, y si, por decirlo de alguna manera, se apoya un poco en mí, que soy algo mayor, casi de otra generación, eso es bueno. Porque las decisiones de hoy lo van a afectar más a él que a mí, todos los cambios que se vienen para 2009, 2010, 2011... El va a vivir eso más que yo, porque yo estaré casi al final de mi carrera. Y quiero ayudarlo a que el circuito esté bien estructurado para cuando yo deje el tenis y él siga jugando.

–¿Por qué se mostró tan seguro de que Nadal debería ser su sucesor en el caso de que alguna vez perdiera el número uno?

–Porque hace ya más de 80 semanas que es el número dos del mundo. Si alguien debe sucederme, debería ser él. Y en cualquier situación normal sería el número uno desde hace tiempo, es sólo que yo jugué sencillamente demasiado bien, sumé demasiados puntos y fui muy constante en los Grand Slam. Así que si alguien se lo merece, sin dudas es Nadal.

–¿Qué significa Mirka Vavrinec para usted? ¿Novia, socia de negocios?

–Sólo una colega (ríe). Es la persona más importante en mi vida, por supuesto, junto con mis padres. Y me hace muy feliz todo lo que ella hace por mí. Será mi novia o esposa, y todo lo que haga lo hará sólo porque le divierta ayudarme. Cuando no sea así, tendría que dejar de hacerlo.

–“Mi momento vendrá tras el de Roger”, dijo alguna vez Mirka. ¿Es ése exactamente el acuerdo?

–Sí, exactamente. Cuando estamos de vacaciones hago todo lo que ella quiere. Si quiere ir diez horas de compras, voy con ella, porque ella tiene que esperarme siempre diez horas en cada torneo. No tengo ningún problema en ese sentido.

–¿Hasta cuándo el Roger Federer tenista?

–Me propuse seguir hasta los Juegos Olímpicos de Londres 2012, que se disputarán en Wimbledon. Esa es la primera meta a largo plazo que me pongo.

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“No soy el mejor de la historia. Quizá soy el que mejor juega de la actual generación”, opina el suizo.
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