EL PAíS › LUEGO DE SU TRIUNFO, SERGIO URRIBARRI APUNTO CONTRA URUGUAY

“Tiene una actitud de tipo autista”

En un reportaje a Página/12, el gobernador electo de Entre Ríos criticó al gobierno de Tabaré Vázquez por negarse al diálogo en el conflicto por las papeleras. Dijo que su triunfo del domingo también en parte le pertenece al presidente Néstor Kirchner.

 Por Martín Piqué
Desde Paraná, Entre Ríos

La caravana que traslada al gobernador electo, Sergio Urribarri, avanza despacio por la ruta 18. La lentitud se debe a los pobladores que se acercan para saludarlo. Aunque los organizadores del convoy no están demasiado preocupados por llegar rápido a Paraná. La demora forma parte del ritual de los ganadores. Hay que generar cierto suspenso. Mientras su auto atraviesa las cuchillas entrerrianas –van pasando los pueblos Estancia Grande, San Salvador, Jubileo, Villa Clara, Las Tunas–, Urribarri tiene una muestra de lo que le espera en nueve meses. Su teléfono no para de sonar. Ayer mismo Busti le aceptó su renuncia al cargo de ministro de Gobierno y, mientras se prueba el traje de gobernador, responde a las preguntas de Página/12. Adjudica su victoria al Presidente y dice que mantendrá el reclamo por la relocalización de Botnia. “Uruguay mantiene una actitud de tipo autista. Niega sistemáticamente el Tratado del Río Uruguay y se niega a cualquier diálogo fructífero”, acusa. Por lo visto, la relación con el vecino oriental seguirá siendo tensa.

–¿Su triunfo es también del Presidente?

–Totalmente. Así se lo dije ayer a la tarde, cuando me llamó. El dijo que yo había trabajado mucho y que le habían contado el esfuerzo que había hecho. Esto es un triunfo de él. Dios quiera que sea el camino que se recorra hasta octubre. Que sea el primero de todos los triunfos que se den en la Argentina para aprobar la continuidad del gobierno nacional.

–Tanto usted como Solanas (Julio, candidato del peronismo disidente) se reivindicaron como kirchneristas. ¿Quién es el representante genuino del kirchnerismo de Entre Ríos?

–Nosotros, no tengo dudas. Hacer kirchnerismo en Entre Ríos o en cualquier lugar del país es gobernar con eficiencia, procurando el crecimiento con justicia social. Nosotros, y digo nosotros porque fui ministro de Gobierno, hemos tenido una sintonía muy fina con el Ejecutivo nacional. En cambio, la ciudad de Paraná es gobernada por Solanas, que se dice kirchnerista y tiene demandas insatisfechas en todos los órdenes. No es casualidad que haya salido tercero en su ciudad. Es producto de las enormes deficiencias de su gestión. El kirchnerismo no se hace golpeándose el pecho y poniéndose una remera que diga ciento por ciento K.

–A Solanas lo apoyaban los movimientos sociales K. ¿Lo que pasó en Entre Ríos revela que en el kirchnerismo hay tensiones internas?

–Lo que ocurrió en Entre Ríos fue algo previsible, natural. La mitad de la sociedad dijo sí a esta gestión del presidente Kirchner y de Jorge Busti. Vieron cómo se recuperó claramente la provincia. Por otro lado, acá no hubo ningún debate público sobre la renovación política. Si los movimientos piqueteros quisieron ayudar a Solanas con ese argumento les fue mal. Habrán estado muy mal informados. No les deben haber contado que la administración de Solanas es la peor de la provincia.

–En Entre Ríos el PJ mantiene un importante caudal de votos. Kirchner quiere transformar el peronismo y modificar el sistema político para que haya un partido de centroizquierda y otro de centroderecha. ¿La fuerza que mantiene el PJ en el interior va a permitir que logre ese objetivo?

–La elección de 2003 la ganamos como Partido Justicialista. Yo soy presidente del partido desde hace cuatro años. En mi provincia el PJ tiene un vínculo muy fuerte con la sociedad. No todos nos apoyan, pero sí somos el partido más importante. Yo no opinaría sobre lo que está pensando el Presidente. En el caso de Entre Ríos, el Partido Justicialista garantiza el acompañamiento de un porcentaje importante de la sociedad ante un desafío como el que vamos a tener el 28 de octubre.

–¿Cuál es su relación con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y con la titular del PAMI, Graciela Ocaña?

–Muy buena. He estado dos o tres veces en Buenos Aires y hablamos con él. Pero con la que hemos tenido una relación muy importante es con Graciela Ocaña. Ella ha venido varias veces para aportar a nuestra campaña. Su figura aquí es importante. En Entre Ríos, su representación, y la de lo que supo ser el ARI, tiene bastante influencia.

–Según las encuestas, el dirigente con mejor imagen de Entre Ríos es Busti, con casi el 70 por ciento de aprobación. ¿Cuál es la explicación?

–No tengo la más mínima duda de que más allá de que hay muchos problemas que no hemos logrado resolver, el balance es que su gobierno, del que yo formé parte, ha sido muy eficiente.

–El año pasado, Busti intentó reformar la Constitución provincial para incorporar la reelección consecutiva y por un período. ¿Usted lo apoyó?

–Fui su ministro de Gobierno y lo acompañé en la presentación del proyecto de ley a la Legislatura. Logramos que se aprobara en el Senado pero no logramos la mayoría especial de Diputados. Estaba de acuerdo.

–Pero después de lo de Misiones, ¿ese plan no era contradictorio con la orden de la Rosada de desactivar las reelecciones?

–Hay una diferencia abismal entre Misiones y Entre Ríos. Aquí la Constitución no se reforma desde 1933. No hay cláusula de reelección. Se proponía habilitarla por un solo mandato y luego a la casa. La carta magna, aunque parezca increíble, prohíbe a las personas con capacidades diferentes ingresar a un cargo público. Tenemos un Consejo de la Magistratura que fue creado por esta gestión y al que pretendíamos darle rango constitucional.

–Los asambleístas de Gualeguaychú aseguran que el gobernador de Entre Ríos, sea Busti o sea usted, no tienen capacidad de incidir en el conflicto. ¿Cuál es su posición en las papeleras?

–Relocalizar Botnia. Lo demás es que el Uruguay claramente se predisponga al diálogo sincero para obtener resultados. En ese caso, yo les diría a los asambleístas que liberen la ruta para contribuir a un diálogo sincero. Pero Uruguay mantiene una actitud de tipo autista. Niega sistemáticamente el Tratado del Río Uruguay y se niega a cualquier tipo de diálogo fructífero.

–Hace menos de un año, una versión aseguraba que a pesar del conflicto en Gualeguaychú la provincia estaba evaluando instalar una nueva papelera. ¿Usted aceptaría ese tipo de inversiones?

–No lo aceptaría. Y no hubo ningún tipo de propuesta de ese tipo.

–¿No es una contradicción de la posición argentina que haya papeleras muy grandes en la zona de Misiones?

–Hace dos años hubo una discusión muy fuerte de mi gobierno con el gobernador Carlos Rovira, quien había atacado la política entrerriana de oponerse a las fábricas de pasta de celulosa. Yo no voy a contribuir a que se esté contaminando el río Uruguay. Es ocho veces menos caudaloso que el Paraná. Nada justificaría que porque en otro lado se esté contaminando, se contamine también aquí.

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Sergio Urribarri, saludado por sus simpatizantes el domingo a la noche, luego del triunfo.
 
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