“No tiene nada que ver el mundo del deporte con el mundo de la moda. Hay una diferencia grande entre uno y otro. Son cosas totalmente distintas, con unas distancias abismales. No tiene nada que ver”, opinó Maria Sharapova, probablemente la más bella de las tenistas de elite. La jugadora siberiana alimenta su historial deportivo con la misma progresión con la que acumula contratos publicitarios y encuentros de promoción. Su condición de deportista traspasó notablemente los límites del terreno competitivo. El glamour adorna su imagen: ya forma parte de su vida. “Toda la atención que concentro forma parte de mi carrera. Tanta atención, tanto flash. Estoy acostumbrada. Es algo habitual en cada lugar por el que paso. Pero me lo tomo como es”, reconoció la segunda jugadora del mundo. Sin embargo, Sharapova tiene claras sus preferencias. “Pero amo mi carrera y competir. Estoy preparada para ello. Esto, la competición, es lo más importante para mí ahora”, señaló. La siberiana busca recuperar la cima universal del tenis que ya fue suya durante una parte del 2005. A pesar de su juventud (19 años), acumula quince títulos: en 2006 ganó el Abierto de Estados Unidos, pero además fue la mejor en Indian Wells, San Diego, Zurich y Linz.

Para acceder al trono del circuito mira de reojo a la belga Justine Henin-Hardenne. Sharapova tiene que ganar en Madrid y que Henin pierda en semifinales o incluso antes. También sería número uno del mundo si es finalista y Henin falla antes de semifinales. “No tengo una candidata favorita para el triunfo aquí. Hay mucho nivel y cualquiera puede ganar. Pero está claro que yo me considero una de ellas”, añadió la rusa. Sharapova supo ocupar la mejor posición del ranking y por eso relativiza la situación. “Es difícil mantenerse siempre en lo alto, con las mejores. No es tan vital y complicado alcanzar el uno como permanecer en el uno, el dos o el tres de la clasificación en forma permanente”, explicó la rusa, que rechaza cualquier comparación con el tenis masculino. “El tenis evoluciona rápidamente y hay gustos para todo. Esa es una circunstancia que me niego a valorar”, indicó.