La delicada situación de la economía estadounidense no da lugar a mayores dilaciones y finalmente hoy se vota el plan de rescate. Los tiempos originales indicaban que se presentaría el escrito para tratarse recién el próximo lunes, pero la Casa Blanca anunció que la Cámara de Representantes someterá hoy el texto a votación. Al momento, el plan de estímulo fiscal no sufrió nuevos recortes en el presupuesto, luego de las dos reducciones que se le hicieron en el transcurso de esta semana. La redacción definitiva del paquete habla de 789.000 millones de dólares. En tanto, el escaso detalle que existe sobre este plan, y en cuanto al programa de estabilización financiera que se anunció el martes por dos billones de dólares, provocó un nuevo derrumbe en la Bolsa neoyorquina. Los índices de Wall Street perdieron hasta un 2,4 por ciento. En Europa y Asia, los mercados cerraron en baja ante la incertidumbre y los malos resultados que informaron algunas firmas de primera línea.

A pesar de las diferencias existentes entre republicanos y demócratas, el texto logró un consenso y podrá cumplir con los tiempos con que Obama urgió al Congreso. El mandatario pidió tenerlo aprobado en su escritorio el lunes próximo. Ayer la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, decidió que se votaba hoy. Más temprano, algunos congresales habían deslizado que el tratamiento iba a ser ayer por la tarde, luego de que se lograra un acuerdo entra las diferentes versiones que presentaron el Senado y la Cámara baja.

Para la votación del plan, los demócratas cuentan con una mayoría de 255 legisladores sobre el total de 435 en la Cámara de Representantes. En el Senado, la decisión cuenta con menor margen. El martes, los senadores habían aprobado la versión inicial del plan por 61 votos, tan sólo uno más de los necesarios.

La oposición republicana critica al plan por considerar que dedica poco a recortes de impuestos y mucho dinero a proyectos de inversión. De hecho, el senador republicano Judd Gregg, elegido por Obama para ocupar el puesto de secretario de Comercio, retiró su nombre de esa candidatura. El legislador acusó diferencias “irreconciliables” respecto del programa de ayuda fiscal.

Mientras en la zona euro la producción industrial volvió a registrar una caída record y uno de sus países miembro, España, confirmaba su entrada en recesión.

En el Viejo Continente la producción industrial cayó en diciembre, esta vez un 2,6 por ciento respecto del mes previo, y acumula un retroceso de 12 por ciento en un año, el más fuerte de su historia, según datos publicados por la oficina de estadísticas Eurostat. Las cifras marcan la baja más importante, tanto mensual como anual, de la actividad fabril desde que se inicio su relevamiento para la zona euro.

Por su parte, la economía española se sumó a la lista de países europeos en recesión, al registrar una contracción del PIB de uno por ciento en el cuarto trimestre del año pasado, después de una caída del 0,2 por ciento en el tercero. En todo 2008, la actividad económica española retrocedió un 1,2 por ciento. Entre los rubros que lastraron el crecimiento se encuentra la construcción, con caída en las ventas y consecuente baja de precios. El mercado de trabajo es ahora uno de los más dañados de la Unión Europea, al afectar actualmente el empleo de 3,3 millones de personas.

Otro país de la Eurozona, el caso de Irlanda, registró el mes pasado una inflación interanual negativa, de 0,1 por ciento, por primera vez desde principios de 1960. Por último, el Ministerio de Economía francés señaló que el Producto de su país retrocederá “al menos uno por ciento” este año, cuando al momento barajaba un crecimiento de “entre 0,2 y 0,5 por ciento”.

El mundo empresarial continúa acumulando resultados anuales pésimos y anunciando despidos masivos. El grupo electrónico japonés Pioneer anunció que suprimirá 10.000 empleos en el mundo, incluyendo 4000 contratos de trabajo temporario, para intentar restaurar su rentabilidad. El fabricante francés de automóviles Renault arrojó el año pasado un beneficio neto de 599 millones de euros, un 78 por ciento por debajo del ejercicio anterior. Todo esto se reflejó en los mercados accionarios del mundo. La plaza de Nueva York cerró con una caída del Dow Jones, de 2,4 por ciento, y del Nasdaq, que cayó 1,5 por ciento. Del otro lado del Atlántico, las Bolsas europeas tuvieron similar desempeño. Londres perdió 0,8 por ciento; Frankfurt, 2,7 por ciento; París, 2,1 por ciento, y Madrid, 1,9 por ciento. En Asia, la Bolsa de Tokio finalizó con un retroceso de 2,3 por ciento frente al temor de que continúen la cascada de resultados negativos para las empresas niponas.