ECONOMíA › ESTIMAN PODER REDUCIR IMPORTACIONES EN 6000 MILLONES DE DóLARES CON LA MAYOR PROTECCIóN A LA INDUSTRIA

El objetivo es cuidar el superávit 2011

Un tercio de las nuevas restricciones afectarán a Brasil, pero el objetivo fundamental es proteger a la industria del ingreso de productos asiáticos. Según fuentes oficiales, la meta es proteger un superávit de 12 mil millones de dólares.

 Por Javier Lewkowicz

El nuevo paquete de licencias no automáticas de importación permitiría reducir en casi el 10 por ciento las importaciones totales este año, estiman altas fuentes del Gobierno. La tercera parte de las compras que se verían afectadas corresponden a Brasil. La intención es cerrar 2011 con un superávit comercial de unos 12 mil millones de dólares, un valor similar al registrado en 2010. Esa entrada de divisas resultaría suficiente, calculan, para continuar con la política de acumulación de reservas en el Banco Central y atender cualquier presión que pueda surgir, en un año electoral, con el tipo de cambio. Más allá del objetivo último de cuidar el resultado externo, la administración de comercio mediante las licencias no automáticas permite aplicar “sintonía fina” para mejorar la inserción de la industria nacional, proteger a algunos sectores de la competencia asiática e incentivar la radicación de empresas extranjeras para que produzcan de forma local.

El superávit comercial es fundamental para que el modelo económico sea consistente. Permite hacer frente al crecimiento de las importaciones provenientes de la inversión y del consumo mediante dólares generados de forma “genuina”, sin recurrir al capricho de los inversores globales o a la colocación de deuda, que incrementa la dependencia a los organismos de crédito internacional. El superávit comercial también permite que el Banco Central administre debidamente el tipo de cambio y acumule reservas para tener “poder de fuego” frente a corridas como las que desataron crisis en numerosos países subdesarrollados a fines de los años ’90.

Una de las herramientas para administrar el comercio son las licencias no automáticas de importación, que introducen una instancia administrativa donde el Ministerio de Industria monitorea cada operación de importación en los productos afectados. Según lo avalado por la OMC, ese trámite demora unos 60 días, pero en la práctica la cartera industrial lo utiliza como elemento de negociación para que los importadores mejoren su ecuación comercial. Con el nuevo paquete lanzado la semana pasada, los productos sujetos a las licencias llegan a 600. El Gobierno también despliega otras iniciativas para reducir la dependencia del dólar, como el todavía incipiente sistema de pagos en moneda local.

En 2011, todas las licencias no automáticas permitirían reducir en unos nueve mil millones de dólares las importaciones, estiman en el Gobierno. De ese total, tres mil millones corren por cuenta de las 400 licencias que ya venían funcionando, mientras que seis mil millones están vinculados con el nuevo grupo de 200 licencias. Estos valores no representan un monto menor en la ecuación comercial. En 2010 las importaciones acumularon 56.443 millones de dólares, con un fuerte crecimiento interanual de 46 por ciento, ya que la comparación se efectuó contra 2009, cuando impactó la crisis internacional. Si se simula un incremento más moderado, la caída en las compras externas por las nuevas licencias podrían representar algo menos del 10 por ciento del total. El objetivo para 2011 es lograr un superávit comercial de 12 mil millones de dólares.

Un tercio de las importaciones que ahora se buscan desestimular provienen de Brasil. Son productos que suman unos dos mil millones de dólares que no se van a trabar, porque el vínculo con el país vecino es muy estrecho y la idea es no generar problemas bilaterales, algo similar a lo que ocurre con Uruguay (ver aparte). En cambio, en la cartera industrial habrá reuniones con las empresas que importan desde Brasil para incentivar la compra nacional y la radicación de plantas a nivel local, como sucedió en su momento en el sector textil, calzado y línea blanca.

El foco está puesto sobre las importaciones que provienen de China, que presionan mucho en productos como ruedas y llantas de acero, electrobombas, manufacturas de vidrio y porcelana, cascos, motocicletas y partes de bicicletas, entre otros.

Otro caso es el de los productos electrónicos, como notebooks, netbooks, monitores y celulares, que “suman masa crítica de importaciones”, dicen en el Gobierno, y serían reemplazables por los ensamblados en Tierra del Fuego. Con un criterio similar, los autos de lujo también fueron afectados por las licencias. Por su parte, los insumos ahora regulados pueden ser rápidamente trasladados a un régimen de excepción, para evitar el desabastecimiento.

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En electrónicos, la industria local está en condiciones de atender la demanda que hoy se importa.
 
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