ECONOMíA › QUEJAS PúBLICAS DE BRASIL POR LAS RESTRICCIONES AL INGRESO DE SUS PRODUCTOS A LA ARGENTINA

Amenazas de tormenta desde San Pablo

Según las autoridades del socio en el Mercosur, Argentina incumplió los compromisos de plazos límite para aprobar las licencias de importación. En la cartera de Industria argentina hubo “sorpresa e indignación”.

 Por Javier Lewkowicz

El gobierno brasileño se quejó públicamente por la administración del comercio que lleva a cabo la Argentina, lo que generó malestar en el Ministerio de Industria local, que respondió a las críticas. El ministro de Comercio e Industria brasileño, Fernando Pimentel, aseguró a la prensa de su país que le envió una carta a su par, Débora Giorgi, “relatando la situación y pidiéndole que adopte las medidas necesarias para que se cumpla lo que combinamos al inicio del año”. Advirtió que esperaría “hasta el fin de semana para ver si hay algún cambio”. En Industria aseguraron que Giorgi no recibió ninguna carta y que se enteró por los medios de las declaraciones de Pimentel. “Sorpresa e indignación”, fue la sensación en el Gobierno, describieron. Detrás del reclamo brasileño están los poderosos industriales de San Pablo que, a pesar de las trabas que los perjudican, tienen un comercio muy superavitario con la Argentina.

La Confederación Nacional de la Industria y la Asociación de Comercio Exterior de Brasil le presentaron un documento a Pimentel con sus principales reclamos. Según artículos publicados en medios brasileños hace unos días, los empresarios se quejaron de que “las trabas a las exportaciones brasileñas no cesan”. “Es la hora de sacarle la tarjeta roja a la ‘catimba’ del gobierno argentino”, dijo, metáfora futbolera mediante, el director del área de Comercio Exterior de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), Roberto Gianetti da Fonseca. Los brasileños le llaman ‘catimba’ a una táctica de fútbol muy conservadora, que atribuyen despectivamente a los equipos argentinos y uruguayos.

El reclamo de los industriales fue recogido por el ministro de Comercio e Industria de Brasil, Fernando Pimentel. Según describió el funcionario, el Ministerio de Industria argentino no estaría cumpliendo con el plazo de 60 días acordado para conceder las licencias no automáticas de importación. Pimentel apuró al Gobierno diciendo que esperaría “hasta el fin de semana para ver cambios”. Espera, se sobreentiende, para aplicar represalias comerciales o denunciar la situación ante la OMC.

“Acá hay bastante indignación. Giorgi no recibió ninguna carta de Pimentel, y para este tipo de planteos existe un comité de seguimiento del comercio bilateral con encargados por sector, aunque allí tampoco hubo ningún reclamo”, respondieron en Industria. Los brasileños se quejaron principalmente por la dificultad en el ingreso de alimentos, como chocolates, maníes y caramelos, lechuga, choclo, aunque también electrodomésticos. Según pudo averiguar Página/12, los exportadores brasileños de golosinas tuvieron mucha dificultad para ingresar la mercadería que se vendería en las Pascuas.

En muchos casos, las licencias no automáticas demoran más de lo previsto, aunque también el Instituto Nacional de Alimentos (INAL), que está bajo la órbita del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, retacea la entrega de certificados sanitarios y la Aduana, por su parte, restringe las habilitaciones desde el área de “gestión de riesgos”. Según el titular de la cámara de importadores, Diego Pérez Santiesteban, las licencias no automáticas de importación salen, en promedio, en unos 90 días. “Hay un trabajo con el Gobierno y muchos importadores ya le están comprando a productores locales, aunque no en todos los casos se puede y hay cosas que no parecen lógicas”, agregó el empresario.

“Los industriales brasileños se quejan, pero mantienen un brutal superávit en el comercio con la Argentina”, señalan asesores de Giorgi. De hecho, en términos globales, en 2011 el comercio bilateral es más favorable al país vecino que el año pasado. Según datos del Indec, el déficit global con Brasil en los tres primeros meses del año llegó a 729 millones de dólares, un crecimiento del 35,3 por ciento interanual. Las importaciones desde Brasil crecieron apenas por encima de las exportaciones. La agencia de estadísticas de Brasil asegura que el superávit acumulado a su favor hasta abril aumentó a 1330 millones de dólares. “No se puede olvidar que el saldo es positivo para nosotros”, concedió Pimentel.

En Industria plantearon que las empresas argentinas también tienen problemas de ingreso a Brasil. Recordaron que “Biogénesis Bagó tardó 10 años para que le autoricen el ingreso, mientras que el laboratorio Rizobacter hace cuatro años que espera que le aprueben un inoculante. Iveco espera hace tres años que Brasil financie las ventas de camiones, tal como ocurre para los fabricantes de maquinaria agrícola”.

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Fernando Pimentel y Débora Giorgi, titulares de Industria de ambos países. Antes, repartían sonrisas.
Imagen: DyN
 
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