ECONOMíA › PRODUCCION PASA A ECONOMIA, QUE AUN NO LOGRO COMPLETAR ELENCO

Suma y sigue, pero quedan vacantes

El Palacio de Hacienda absorbió el área de Producción, pero su lugar en la estructura todavía genera tironeos. Economía repartirá funciones con la flamante cartera de Planificación, pero no prevén cortocircuitos. Contramarchas para reemplazar a Sarghini en Hacienda.

 Por Raúl Dellatorre

En su estilo, sin estridencias, Roberto Lavagna recoge los frutos de su capacidad negociadora paso a paso. Fue, en los hechos, el primer ministro del futuro gobierno designado por Néstor Kirchner, aun antes de que éste pasara airoso la primera vuelta electoral. Sin atarse a programas ni promesas, ejerció en las últimas semanas como “futuro ministro” al tiempo que cumplía sus actuales funciones. “De eso hablamos la semana próxima”, respondió el lunes en conferencia de prensa cuando lo consultaron sobre medidas cambiarias, casi un día antes de que Kirchner designara oficialmente su gabinete. Y ayer, tras el anuncio del santacruceño, quedó en claro otro logro del jefe del Palacio de Hacienda: logró convencer al futuro presidente de la “conveniencia” de unificar Economía y Producción, colocando la última bajo la órbita de la primera. En un gabinete –el anunciado ayer por Kirchner– donde no hay figuras rutilantes que encandilen al resto, Lavagna sabe que es uno de los que más afirmado está en su puesto.
Quienes anduvieron ayer por el Palacio de Hacienda, despachos adentro, aseguran que “todo era calma, parecía una jornada normal”. Pero no lo fue. Los cambios obligados que debe imponer en su equipo le demandaron ayer un alto grado de atención y manejar diversas variantes durante el día. Sin embargo, a diferencia de otros inicios de gestión de un nuevo gobierno, esta conducción económica no se verá obligada a lanzar un “paquete de medidas” no bien asuma. De hecho, en el entorno del ministro aseguran que no lo habrá.
Fue este último hecho lo que le dio una apariencia de habitualidad a la jornada en el Ministerio. Pero en los principales oficinas hubo negociaciones tensas e inclusive varias contramarchas. Entre los movimientos obligados en el tablero, Lavagna está necesitado de encontrarle sucesor a Jorge Sarghini, secretario de Hacienda, que pese a la insistencia del ministro y el pedido del actual y el futuro presidente, se mantuvo firme en su decisión de dejar el cargo. Sarghini sólo accedió a permanecer unos días más en el cargo si es que no se encuentra rápidamente un sucesor. Y esto es, efectivamente, lo que sucede: ayer al mediodía se daba por seguro que Carlos Mosse, actualmente miembro del Directorio del Banco Provincia, ocuparía el puesto, luego de que el delasotista José María Las Heras declinara asumir el cargo. Pero hacia el atardecer, fuentes próximas a Lavagna informaron a este diario que “Mosse se cayó”. Conclusión: el cargo, a futuro, sigue vacante.
La absorción del área de Producción también generó controversias. En principio, se había propuesto que Oscar Tangelson ocupara una flamante Secretaría de Producción y bajaran al nivel de subsecretarías las áreas de Industria y Agricultura. Esto provocó resistencias principalmente de las entidades agropecuarias, que ya están malenquistadas con Lavagna por el tema de las retenciones a las exportaciones. A tal punto llegaron las presiones que, por la tarde, el ministro prometió revisar el organigrama, apareciendo otra alternativa sobre la mesa. Según esta opción, Tangelson seguiría como secretario de Política Económica y viceministro, y además ocuparía el espacio de “secretario coordinador” de las áreas de Producción, que seguirían con el rango de secretarías.
Según aseguran en las cercanías del ministro, el hecho de que Kirchner haya puesto a “uno de los suyos”, Julio De Vido, al frente del flamante Ministerio de Planificación, Inversión y Servicios, a Lavagna no le quita el sueño. Confía en armonizar una política de crecimiento en la que los planes de obras públicas ocupen un lugar central, pero no demanden necesariamente de un fuerte aporte de recursos públicos. En eso no habría diferencias de enfoque con el ministro ni con el presidente provenientes de Santa Cruz, como así tampoco en la solución a dar al tema tarifario. Lavagna aceptó, además, que Energía pase a Planificación, aunque ello le signifique dejar fuera del Gobierno a Enrique Devoto.
Fuera de las áreas específicamente económicas, Lavagna tuvo otra buena noticia con la conformación del gabinete nacional: Rafael Bielsa en la Cancillería significa una proximidad mucho mayor, en cuanto al alineamiento internacional, que la que podía tener con Carlos Ruckauf. El Mercosur, y no el ALCA, constituiría la apuesta estratégica del nuevo gobierno en materia de integración.

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Roberto Lavagna en observación. Calladamente, con su estilo poco estridente, el ministro avanza.
 
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