ECONOMíA › SEMINARIO DEL G-20 EN BUENOS AIRES SOBRE LA SITUACIóN LABORAL EN UN MUNDO EN CRISIS

El empleo en el centro de las miradas

La Argentina organiza un encuentro del G-20 para instalar la cuestión del trabajo como eje central de la política económica. Lorenzino y Marcó del Pont disertaron allí poco antes de su desplazamiento como ministro y presidenta del Banco Central.

“Un modelo de crecimiento para pocos no es una opción. Es necesario que las políticas públicas promuevan la recuperación del empleo, la protección de los trabajadores y la reducción de la desigualdad. Esas políticas suponen la existencia de un Estado presente”, dijo ayer por la mañana el entonces ministro de Economía, Hernán Lorenzino, en la apertura de un seminario del G-20 que se realiza en Buenos Aires. Ese evento marcó también la última presentación pública de Mercedes Marcó del Pont como presidenta del Banco Central. Ambos integraron la delegación argentina junto al ministro de Trabajo, Carlos Tomada, y al canciller Héctor Timerman. Por la noche se anunciaba la salida de los dos primeros del gabinete (ver páginas 4 y 5).

El gobierno argentino organizó el seminario internacional. Se titula “Consistencia entre políticas macroeconómicas y laborales”, con la participación de ministros del resto de los países del G-20. El diagnóstico argentino es que la reducción del desempleo y la desigualdad a través del estímulo de la demanda constituyen una condición necesaria para salir de la crisis y recuperar un sendero de crecimiento sostenible. El objetivo del encuentro es que las políticas de ingresos y laborales vuelvan a ocupar un lugar protagónico en los debates del foro global, desplazando así a las tradicionales recetas de flexibilización y ajuste sobre las condiciones de trabajo. Argentina, junto con Brasil y otros países de la región, busca que Australia –que ocupa ahora la presidencia del G-20–tome la posta en 2014 y otorgue un lugar preeminente de la agenda al debate sobre el empleo.

“Rechazamos la flexibilidad laboral como mecanismo para la generación de empleo”, definió Tomada. Marcó del Pont, que todavía ocupaba la presidencia del Banco Central, agregó: “Las políticas de ajuste profundizan la crisis”. Lorenzino, en tanto, destacó el rol de la implementación de “políticas monetarias no convencionales” en referencia a los programas de inyección de liquidez impulsados por Estados Unidos, Japón y Europa. Durante su intervención, Marcó del Pont estableció una sutil diferencia con el funcionario al señalar que si bien “las políticas planteadas en muchos países del mundo fueron exitosas para lograr estabilidad financiera y evitar la profundización de la crisis, no se puede ignorar que los ingentes recursos que se han utilizado para evitar que cayeran los precios de los activos financieros no tienen, en comparación, ninguna proporción en relación con los recursos destinados a resolver el tema del crecimiento y del empleo”. En tanto, el canciller reclamó que “el empleo esté en el corazón de las políticas públicas”.

La errática presencia de los temas laborales en la agenda de las reuniones anuales del G-20 depende del enfoque que busque darle el país anfitrión, sus tradiciones de política económica, la coyuntura y factores geopolíticos. El desempleo y sus graves consecuencias socioeconómicas no desaparecen de los comunicados o declaraciones que firman los presidentes y primeros ministros del grupo al concluir cada cumbre sino que quedan relegados a lugares menores.

En 2011, durante la presidencia francesa, el capítulo laboral del G-20 reapareció en escena. Los ministros de Trabajo se reunieron en París en la antesala de la cumbre de los mandatarios e incluso se organizaron en Buenos Aires jornadas muy similares a las celebradas ayer y hoy en Cancillería. El año pasado en México, la temática volvió a perder fuerza. La presidencia de Rusia durante 2013 intentó colocar nuevamente el debate en el centro de la discusión. La inclusión de esa temática permitía a las autoridades rusas dejar en offside a los países europeos y sus políticas de ajuste. Con ese marco se organizaron en Moscú reuniones conjuntas entre ministros de Economía y Finanzas con sus pares de Trabajo, toda una rara avis internacional. “Insistimos en la necesidad de trabajar de manera coordinada con el resto de los ministerios y, sobre todo, de tener una visión articulada y coherente entre la macroeconomía y el empleo”, expresó ayer Tomada.

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“Rechazamos la flexibilidad laboral como mecanismo para la generación de empleo”, definió Tomada.
 
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