ECONOMíA › LA MANIPULACIóN DE LOS PRECIOS DE TRANSFERENCIA ENTRE FILIALES

Corporaciones, evasión y fuga

Antes de la denuncia contra P&G, un trabajo publicado por el Cefid-Ar ya advertía sobre las maniobras de sub y sobrefacturación con las que las multinacionales burlan sus compromisos fiscales. Verónica Grondona, su autora, explica cómo y por qué.

 Por Sebastián Premici

La AFIP denunció a la multinacional Procter & Gamble por llevar adelante una “planificación fiscal nociva a partir de los precios de transferencia”, que incluyó la triangulación de operaciones hacia paraísos fiscales y subfacturación. Esta práctica no es exclusiva de P&G, sino que está extendida entre las grandes corporaciones. “Dichas maniobras pueden definirse como los mecanismos legales que se convierten en vías para la elusión, evasión y fuga de capitales. Toda planificación fiscal es por definición nociva”, sostuvo ante Página/12 la economista Verónica Grondona, autora del trabajo “La manipulación de los precios de transferencia”, publicado por el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefid-Ar). En este trabajo, la autora menciona la investigación de Jorge Gaggero, Magdalena Rúa y Alejandro Gaggero, quienes estimaron que en 2012 la fuga de capitales vía precios de transferencia fue de 13.218 millones de dólares, un 9 por ciento del total del comercio exterior.

“Aunque la manipulación de los precios de transferencia suele tener como principal finalidad la evasión y elusión fiscal, en los países en desarrollo impacta fuertemente en la fuga de capitales, ya que por vía de estos mecanismos se logra transferir activos al exterior como si fueran parte de las actividades normales del negocio, eludiendo en ocasiones las restricciones cambiarias a través de mecanismos legales en concepto de retribución por operaciones intragrupo”, escribió Grondona en el trabajo citado.

La fuga de divisas y el fraude fiscal a través de los precios de transferencia requiere la puesta en funcionamiento de un amplio andamiaje de intermediarios o “asesores”, como los estudios jurídicos o fiscales y los bancos. También una legislación endeble que permita darles apariencia de legalidad a operaciones comerciales que terminan perjudicando al Fisco. A partir del golpe cívico-militar de 1976 –reseña Grondona– se desarticularon algunos mecanismos legales impulsados durante el último peronismo para regular las inversiones extranjeras.

En agosto de 1976 se dictó la Ley 21.382 de inversiones extranjeras, cuyo artículo 20 validaba los contratos entre entidades vinculadas. Y en diciembre de ese mismo año fue modificado el artículo 14 de la Ley del Impuesto a las Ganancias para validar la deducibilidad de los pagos realizados entre empresas del mismo grupo y considerar los mismos como plausibles de ser comparados con los efectuados por partes independientes.

“Se sustituyó así el principio de la realidad económica por el de los precios de transferencia, tratándose a partir de entonces y hasta la actualidad las operaciones efectuadas dentro de un mismo conjunto económico como si fueran económicamente independientes, lo que posibilita el envío de remesas al exterior en concepto de precios, regalías, honorarios por asesoramiento técnico y similares prestaciones contractuales”, reflexionó la economista del Cefid-Ar, cuyo trabajo contó con la supervisión de Jorge Gaggero.

Una de las formas de la planificación fiscal nociva para la elusión fiscal y la fuga de divisas es la sobrefacturación, muchas veces justificada por la supuesta intermediación de un trader. “Se factura a un intermediario, una sede de la misma empresa en Suiza, por ejemplo, gastos de asesoría, publicidad, gestión de fletes. Funciona como un sobreprecio que la empresa se paga a sí misma en el exterior para hacerse de dólares al valor de la cotización oficial”, explicó a este diario Grondona.

Entre 2003 y 2012, los egresos por “Servicios empresariales, profesionales y técnicos” crecieron un 400 por ciento, según los datos publicados en el cuadro Servicios de la Estimación del Balance de Pagos. Totalizaron 3245 millones de dólares en 2012, mientras que los egresos por regalías crecieron un 260 por ciento (2087 millones de dólares), entre enero de 2012 y 2014.

“Aunque estos datos representan tanto los pagos intragrupo como a empresas independientes, considerando el tipo de servicios, y el hecho de que más del 60 por ciento de las más grandes empresas en la Argentina son filiales de grupos extranjeros, es dable suponer que el crecimiento de estos pagos pueda deberse al crecimiento de este tipo de mecanismos de precios de transferencia”, aclara la publicación del Cefid-Ar.

Algunos casos de triangulaciones llegaron a los tribunales locales, entre ellos Nobleza Piccardo y Bagó, por las exportaciones realizadas vía Suiza, en el primer caso, y Panamá, en el segundo. Las cerealeras también forman parte de estas maniobras. Bunge y Cargill enfrentan demandas por la triangulación realizada a través de Zonamérica, la zona franca ubicada en Montevideo, Uruguay.

“La manipulación de los precios de transferencia tiene implicancias en la recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), Ganancias, y de las tarifas aduaneras. Pero también es utilizada como medio para la fuga de capitales”, concluye el paper escrito por la economista Verónica Grondona.

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Gran parte del comercio exterior tiene lugar entre filiales de una misma firma. Los precios, con escaso control.
 
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