La crisis económica y política en Grecia no cede: la economía helénica concluyó el año con deflación al registrar una caída promedio de los precios internos de 1,3 por ciento. Al brutal ajuste fiscal impulsado por la Troika –la componen el FMI, el Banco Central Europeo y la Comunidad Europea– y el creciente desempleo se sumó durante 2014 el que Keynes consideraba el peor de los problemas económicos: la caída sostenida de precios. El país mediterráneo acumula 22 meses consecutivos con variaciones negativas de precios. Junto con la sostenida depresión, la continuidad de las bajas está explicada por la caída en el precio del petróleo.