ECONOMíA › EL MINISTRO DE ECONOMIA CUESTIONO EN WASHINGTON EL ROL QUE CUMPLEN LAS CALIFICADORAS DE RIESGO

“Son una amenaza para el desarrollo”

“Antes del default de 2001 le daban al país una calificación mucho más alta que en estos doce años”, aseguró en la Asamblea del FMI.

“Las agencias calificadoras de riesgo son una amenaza para la banca de desarrollo y el financiamiento de obras de infraestructura”, advirtió ayer el ministro de Economía, Axel Kicillof. En Washington, donde se encuentra participando de las reuniones de primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, el funcionario cuestionó el funcionamiento de las calificadoras y recordó su rol en el estallido de la crisis argentina de 2001-2002. A su vez, precisó ayer que el directorio del Fondo volverá a analizar el caso de las estadísticas públicas nacionales a mediados de mayo (ver página 10). Por su parte, el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, destacó que los ministros del G-20, que también se reunieron en la capital estadounidense, incluyeron en el comunicado final del encuentro, a instancias de la delegación argentina, la importancia de las regulaciones macroprudenciales y las regulaciones a los movimientos de capital. “Muchas veces escuchamos en la Argentina las voces de quienes quieren liberalizar los movimientos de capitales, pero queda claro en estas discusiones que ese discurso atrasa”, afirmó.

En sus intervenciones ante los miembros del BID y el G-20, el ministro de Economía enfatizó la necesidad de que la banca de desarrollo desestime los análisis de las calificadoras de riesgo privadas a la hora de evaluar líneas de créditos. Esos bancos son las principales fuentes de financiamiento externo a las que recurre el país para fondear sus obras de infraestructura. Kicillof manifestó su preocupación ante los nuevos criterios utilizados por la banca de desarrollo al realizar el análisis de cartera y evaluar la capacidad prestable a cada país, reproduciendo los criterios de las calificadoras privadas como Moody’s, Standard & Poor’s o Fitch.

“Antes del default de 2001 le daban a la Argentina una calificación mucho más alta que en estos doce años”, recordó el funcionario, que también recordó la complicidad de esas empresas en el estallido de la burbuja de los instrumentos financieros elaborados con hipotecas-basura de 2008. “Con calificaciones subjetivas corremos dos riesgos. Primero no se toma en cuenta que sean acreedores preferenciales y en segunda instancia la banca dejaría de tener su objetivo de desarrollo y su rol anticíclico. Son una amenaza para el papel de la banca de desarrollo y para el financiamiento de infraestructura.”

Acompañado por la embajadora argentina en Estados Unidos, Cecilia Nahón, y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Carlos Bianco, Kicillof se reunió ayer con el secretario general de la Unctad, el organismo para el comercio y el desarrollo de la ONU, Mukhisa Kituyi. Según informó el Palacio de Hacienda a través de un comunicado, el encuentro permitió delinear los próximos pasos “en la lucha contra el accionar especulativo de los fondos buitre y la búsqueda de mecanismos de negociación que respeten la soberanía de cada país”. “La caída del precio de los commodities que afecta a la Argentina como a otras naciones de la región y a casi todos los emergentes tiene un impacto más moderado en nuestro país por el hecho de que también somos importadores de petróleo”, señaló ayer el titular del Palacio de Hacienda.

“La volatilidad que complica a todos los países, especialmente a los emergentes, es una responsabilidad de los países centrales”, advirtió ayer Vanoli al destacar las diferentes herramientas utilizadas por el país. La importancia de las regulaciones a los movimientos de capital fue ponderada incluso por el G-20 en una declaración conjunta difundida ayer.

Por su parte, el G-24 respaldó la propuesta que impulsa la Argentina en Naciones Unidas para crear un mecanismo global que conduzca los procesos de reestructuraciones de deuda soberana. El grupo de países en desarrollo emitió un comunicado donde destacó los avances registrados para eliminar los “incentivos para la conducta holdout que atenta seriamente contra las reestructuraciones”. “Reconocemos como positiva la creación del Comité Especial de Naciones Unidas sobre los Procesos de Reestructuración de la Deuda Soberana, que examinará esta cuestión en el curso de los próximos meses”, sostuvo el organismo cuyas declaraciones fueron celebradas por el ministro Kicillof. Si bien el país promovió el diseño de un marco regulatorio internacional, el G-20 le encargó el año pasado al FMI proponer mejoras a las cláusulas de los contratos que prevengan el accionar buitre.

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Axel Kicillof en Washington junto con la titular del FMI, Christine Lagarde.
Imagen: Télam
 
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