ECONOMíA › TEMAS DE DEBATE: EL PAPEL DINAMIZADOR DE LAS PEQUEñAS Y MEDIANAS EMPRESAS

Apostar por el desarrollo desde abajo

Los especialistas relatan dos experiencias exitosas en las que predominan las pymes. La industria del software y los servicios informáticos y el sector de los proveedores de YPF, dinamizado luego de la estatización de la petrolera.

Producción: Javier Lewkowicz

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Un sector innovador

Por José María Louzao Andrade *

La industria de Software y Servicios Informáticos (SSI) en Argentina es un sector que tiene una gran competitividad a nivel regional, destacándose por su calidad, innovación, recursos humanos altamente calificados y su vanguardismo con respecto a las formas de comercialización. Es un área estratégica para el país y transversal a otros sectores, que dinamiza la economía y el empleo y tiene una dispersión geográfica que le permite desarrollarse exitosamente en distintos puntos del territorio.

En los últimos años, el sector tuvo un crecimiento sostenido acompañado por políticas de Estado que se vienen generando y que posibilitaron la creación de nuevos puestos de trabajo y un aumento significativo en las exportaciones. Según datos del Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del Ministerio de Trabajo, entre 2003 y 2013 se registró un aumento del 132 por ciento en la cantidad de empresas de SSI en el país. A 2013, de las 4288 empresas de SSI registradas un 75 por ciento eran microempresas con hasta nueve trabajadores y un 20 por ciento contaban con entre 10 y 49 empleados; sólo el 5 por ciento restante tenía más de 50 trabajadores.

Según los datos de nuestro último informe del Observatorio Permanente de la Industria del Software y Servicios Informáticos de la República Argentina (Opssi), se evidencia un crecimiento de las principales variables del sector que reflejan las oportunidades de desarrollo. En lo que respecta a las ventas, la evolución anual en pesos correspondiente a 2014 fue del 33,8 por ciento, mientras que el aumento interanual en 2013 fue de 22,6 por ciento. En relación a las exportaciones, entre 2003 y 2014, los ingresos desde el exterior en dólares crecieron en promedio a una tasa anual del 16,9 por ciento. Finalmente, con respecto al empleo, durante el año 2014 se registró un aumento del 5,4 por ciento en comparación al 2013.

En relación a los desafíos particulares de esta industria, uno de los principales que detectamos es el desarrollo de recursos humanos calificados: hoy en día existen más de 5 mil puestos sin cubrir en el sector SSI. Para afrontar este problema, es fundamental impulsar acciones que tengan como objetivo la enseñanza y capacitación en todos los niveles educativos (como el programa de formación profesional Empleartec) y las iniciativas de fomento y difusión de las carreras informáticas y del despertar de las vocaciones en las mismas (como ProgramAR, Dale Aceptar, la Copa Turing o el Proyecto GEMA). Por otro lado, son clave las acciones que busquen reducir el desgranamiento en las carreras universitarias vinculadas con la industria, como el proyecto La Empresa Vuelve a la Universidad, realizado en conjunto con los Ministerios de Educación, Industria y Planificación, y universidades nacionales del conurbano bonaerense.

Otro de los temas a contemplar es el desarrollo de mercados. En el plano externo, es vital seguir desarrollando y ampliando las misiones comerciales y la participación en eventos y ferias coordinadas con la Cancillería y la Fundación Exportar, y apoyar iniciativas como la Red ArgenTIna IT de Cessi. Esto es muy importante ya que se trata de un sector formado en su gran mayoría por micro y pequeñas empresas lo que condiciona la disponibilidad de recursos humanos y económicos para buscar y sostener nuevos mercados externos. En el plano interno, se debe lograr la incorporación sistemática de la tecnología informática en los otros verticales productivos. También es clave conseguir que crezcan las compras del Estado hacia la industria para el crecimiento del sector y el empleo.

Por último, consideramos esencial seguir dando impulso a la innovación, ya que beneficia la competitividad local e internacional de la industria. Es necesario seguir fomentando las iniciativas que dan impulso a la investigación y desarrollo y la innovación, tales como las llevadas adelante por la Fundación Sadosky. Es aquí también, junto a otros puntos, que desde la Cámara vemos necesario seguir impulsando el desarrollo de los emprendedores, ya que es en este espacio desde donde se están generando las mayores innovaciones a nivel global.

Desde Cessi creemos que el eje para el desarrollo de la industria SSI en Argentina debe estar en trabajar en conjunto el sector público y el privado basándonos en estos pilares fundamentales: desarrollo de recursos humanos calificados, inclusión, innovación, transversalidad y consolidación de mercados externos.

* Presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos de la República Argentina (Cessi).


La mano visible del Estado

Por Hernán M. Palermo *

Detrás del eufemismo de la “mano invisible” del mercado se despliegan con total soltura las disposiciones y medidas tomadas por las grandes corporaciones empresarias atentas únicamente a sus intereses privados. Durante la privatización de YPF en los años 90, como en todas las privatizaciones, la supuesta ineficiencia y el carácter deficitario de las empresas fueron elementos centrales en la construcción del consenso neoliberal. Los economistas del establishment –tal como en la actualidad– exhortaban y convencían a la sociedad de que el Estado era ineficiente y deficitario por naturaleza. Entre tanto, el capital privado se lo asoció a la competencia, la eficiencia y la rentabilidad. El tiempo transcurrido entre el período privatizador de la empresa YPF y la nacionalización llevada a cabo en el año 2012 nos permite realizar algunas estimaciones preliminares respecto del efecto productivo-industrial que genero en el universo de las pequeñas y medianas empresas (pymes) del sector hidrocarburífero.

El universo de las pymes está compuesto por diversas empresas diferenciadas unas de las otras: algunas dan cuenta de más de cinco décadas como proveedoras de YPF y otras por ejemplo, surgieron al calor de la nacionalización en el año 2012; algunas superan largamente la centena de trabajadores y otras apenas llegan a diez. Por otro lado, resultan disímiles los volúmenes de producción y facturación, dependiendo si la compañía exporta o produce para el mercado interno. También es posible encontrar empresas que se han podido radicar en otros países de Latinoamérica dando cuenta de un proceso de internacionalización. Por último encontramos que la producción de bienes y servicios resulta variada y heterogénea, abarcando un amplio abanico de opciones que van desde la producción de bombas, compresores, grifos, válvulas de todo tipo y productos químicos hasta software e ingeniería electrónica avanzada.

A pesar de la heterogeneidad lo que resultó coincidente en la mayoría de las compañías fue la paralización de la producción durante el período de la etapa Repsol. La empresa no solo estaba casi paralizada en lo que respecta a las inversiones sino que prácticamente importaba todos los insumos industriales. Las especificaciones de los productos se encontraban en inglés –aún hoy algunas lo siguen estando– y la recomendación apuntaba a los importados. Especialmente, el sector del upstream estuvo suspendido durante toda la gestión Repsol. Las ventas de las pocas pymes proveedoras cayeron aún más durante el año 2008, período coincidente con la entrada del Grupo Petersen a YPF. La estrategia de revertir la pobre performance en materia de inversión y desarrollo del grupo español con la incorporación de cierta parte de la “burguesía nacional”, no solo no tuvo las consecuencias esperadas sino que profundizo la lógica de desinversión e importación asfixiando a innumerables pymes que debieron realizar –en el mejor de los casos– un viraje estratégico en su core business hacia otras ramas de la industria.

La intervención del Estado a partir de la nacionalización de YPF supuso un punto de quiebre respecto de esta situación. La estrategia sistemática de re-inversión en las áreas de upstream y downstream generó un efecto dinamizador en las empresas proveedoras que se registran en varias dimensiones: se ampliaron las ventas de las pymes generando una mayor demanda de mano de obra, particularmente de trabajo calificado. Distintas pymes incrementaron su capacidad operativa y tecnológica alcanzando una sustitución de bienes y servicios industriales que antes eran íntegramente importados; producto de este crecimiento muchas compañías han podido instalar sus productos en distintos mercados externos, en particular el Mercosur, con el consecuente beneficio para el país en materia de ahorro de un bien escaso como lo es la divisa.

La recuperación de YPF no solo instaló por delante el ansiado objetivo del autoabastecimiento energético, sino que tensionó y cuestionó la falacia de la ineficiencia del rol del Estado abriendo un debate acerca de la potencialidad que entrama la relación entre proveedores locales y aquellas empresas estratégicas conducidas por el Estado. Lo que está en juego es el histórico anhelo industrialista de la Argentina dentro de los límites de la periferia y la punga con aquellos intereses –tanto internos como externos– que pujan por primarizar nuestra economía.

* Antropólogo, investigador del CEIL-Conicet. Docente UBA/UNAJ.

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Imagen: Corbis
 
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