ECONOMíA › LA NUEVA CONDUCCIóN DE AEROLíNEAS PREPARA UN PLAN DE RECORTE DE GASTOS

Del despegue al aterrizaje

La línea de bandera sumó un nuevo avión, comprado durante la gestión anterior. Isela Costantini, actual presidenta de la empresa, busca concentrarse en rutas rentables y podría cancelar convenios que ampliaron la flota disponible.

 Por Cristian Carrillo

Aerolíneas Argentinas incorporó ayer un nuevo Boeing 737-800 para su flota de cabotaje y regional. La unidad cero kilómetro, que arribó anteanoche al Aeroparque Jorge Newbery, se suma a la flota de 39 aviones de la familia Boeing. El ingreso de esta aeronave no se trata de una inversión realizada por la actual gestión, a cargo de Isela Costantini, sino que es parte del programa de modernización y ampliación de la flota del grupo que llevó a cabo la anterior administración. Por el contrario, el flamante directorio de la línea de bandera, que incluye a varios ejecutivos de su principal competidora, la chilena LAN, se encuentra por estas horas abocado a una auditoría sobre los convenios vigentes. Producto de esos relevamientos en busca de una estrategia que privilegie rutas rentables y recorte gastos de la empresa, surgió el conflicto con la aerolínea Sol, con quien había firmado un convenio de código compartido que el gobierno de Mauricio Macri dio de baja, dejando potencialmente a 300 trabajadores desempleados. Estos trabajadores aguardan a que Sol sea adquirida por otra empresa para evitar los despidos. Crecen las sospechas de que la finalización del acuerdo busca favorecer a LAN.

“No vengo con un plan de ajuste infinito, pero se pueden recortar gastos”, les comunicó Costantini a los trabajadores en su primer contacto luego de desembarcar en Aerolíneas. La ejecutiva, que se desempeñaba hasta su designación en la empresa como CEO de General Motors para Argentina, Paraguay y Uruguay, se reunió con los principales gremios a los que explicó las directrices de su gestión. Su ingreso a la empresa requirió un trámite adicional. La empresaria brasileña tuvo que hacerse ciudadana argentina para poder encabezar la compañía, debido a que el Código Aeronáutico establece que la presidencia del directorio de cualquier sociedad que opere en el país debe ser ejercida por argentinos. El trámite de nacionalización lo inició a fines de 2015, según fuentes cercanas a Costantinti. El trámite tarda entre 12 y 18 meses. En el caso de la funcionaria es probable que los tiempos se abrevien.

La flamante titular tiene el mandato de hacer rentable la empresa. Hasta el momento, la compañía había privilegiado la rentabilidad social mediante la integración del país a través de distintas rutas y una ampliación de la compañía mediante la incorporación de nuevos aviones, en su mayoría con acuerdos de leasing (alquiler con derecho a compra). En diciembre último el entonces presidente de AA, Mariano Recalde, anunció el Plan Operativo 2016, el cual contemplaba nuevos vuelos entre provincias sin pasar por Buenos Aires, conectando, por ejemplo, la Costa Atlántica en los meses de enero y febrero con Córdoba, Tucumán, Viedma y Bariloche. Parte de estos objetivos fueron anunciados como propios a principios de enero por Macri, en su primer discurso luego de su primera tanda de vacaciones tras la asunción.

De ese plan quedó pendiente la incorporación de dos Embrear, dos Airbus A330 y cuatro Boeing 737-400 para reemplazar la flota vieja. Dentro de estos últimos, ayer arribó una unidad directamente desde la fábrica Boeing en Seattle, sumándose a la flota de la línea de bandera. El B737-800 NG, matriculado LVGFQ, tiene 170 plazas con 162 butacas en clase turista y 8 en clase ejecutiva. “Nos complace poder sumar una nueva aeronave para poder seguir creciendo de manera sustentable, conectando a los argentinos y afianzando el orgullo por la aerolínea de bandera”, expresó Costantini en un comunicado. No obstante, el programa de recorte podría hacer caer este y otros acuerdos, como la incorporación de nuevas aeronaves, dentro del plan de ajuste.

Empezó con Sol

La primera medida de la nueva gestión de Aerolíneas, en sintonía con el plan de ajuste del Ministerio de Transporte, a cargo de Guillermo Dietrich, impactó en la seguridad laboral de 300 trabajadores. El Gobierno dispuso rescindir el contrato de código compartido entre Aerolíneas y Sol, que le permitía a la línea de bandera acceder a bajo costo a vuelos poco rentables. Aerolíneas compraba horas block de vuelo a Sol y luego se quedaba con los ingresos por la venta de los asientos. La medida obligó a la aerolínea rosarina a abandonar sus operaciones dejando a más de 300 trabajadores a la deriva. Dietrich justificó la rescisión del contrato en un supuesto acuerdo escandaloso. “Con su bolsillo de payaso iba distribuyendo plata por ahí”, sostuvo en referencia a las condiciones del convenio, con pocos argumentos y sólo frases de marketing.

La aerolínea, propiedad del Grupo Trasatlántica, envió de inmediato una primera tanda de 220 telegramas de despidos. Tras una semana de intensas negociaciones, los gremios del sector lograron que queden sin efecto los despidos. Los casi 300 trabajadores que habían sido echados mantienen sus puestos y tendrán una licencia con goce de sueldo hasta el 31 de enero. En ese plazo la firma rosarina asegura que terminará de cerrar un acuerdo de venta con un grupo empresario. Los interesados serían American Jet, propiedad del grupo Vía Bariloche, y London Supply, concesionaria de los aeropuertos de El Calafate y Ushuaia, según coinciden fuentes del sector empresario.

Por esta cancelación del acuerdo surgieron sospechas de que se quiere favorecer a LAN, principal competidor de Aerolíneas en vuelos de cabotaje y regionales, o reprivatizar la línea de bandera bajo el argumento noventista de que no es rentable. La empresa chilena es una de las que más CEO resignó para que fueran reclutados por el gobierno macrista. Costantinti sumó a Daniel Maggi como gerente de Recursos Humanos, quien ocupó ese rol durante siete años en LAN, y a Diego Sanguinetti, como su vicepresidente, también proveniente de la empresa chilena. Estos se suman a la designación del vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, también de larga gestión como CEO en LAN. Además de las designaciones, es cuanto menos curioso que en medio del conflicto con Sol y tras un encuentro entre Macri y el ex presidente chileno Sebastián Piñera, también ex titular de LAN, la aerolínea de capitales trasandinos haya anunciado vuelos a Rosario. Este destino quedó liberado por la rescisión del acuerdo entre AA y Sol.

En tanto, las tercerizadas de Aerolíneas comienzan a sufrir los primeros coletazos del ajuste. Los trabajadores de Falcon, empresa encargada del control de equipajes, reclaman la reincorporación de Diego Burkman, quien denunció haber sido despedido de forma discriminatoria e ilegal, utilizando como excusa un falso y abusivo informe policial. Debido a una discusión entre el empleado y personal de la policía, el efectivo elevó un acta, que la empresa utilizó para cesantear al trabajador. Según relató a este diario Luciano Corradi, delegado de la empresa, se buscó disciplinar al resto de los trabajadores. En la última asamblea general se informó de otros seis despidos en Aerolíneas.

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