ECONOMíA › SE BUSCO EVITAR UN IMPACTO MEDIATICO NEGATIVO

Un índice contraindicado

 Por Raúl Dellatorre

A media mañana, las autoridades del Indec tenían preparado ya el comunicado con la evolución del desempleo y los demás indicadores del mercado laboral, con sus correspondientes cuadros. Lo enviaron, como es usual, al ministro de Economía, para que tuviera la información antes de su difusión. Inesperadamente, Roberto Lavagna ordenó parar la comunicación y encargó la preparación, en su reemplazo, del comunicado con el índice “extrapolado” que finalmente se dio a conocer. Los pasillos del Indec, a primera hora de la tarde, ardían, y hasta hubo una amenaza –luego incumplida– de los titulares de área de hacer pública una declaración denunciando la intromisión del ministerio en el sector. Así relataron fuentes absolutamente confiables del propio organismo los acontecimientos que culminaron en la frustrada presentación de los datos oficiales de desempleo.
El mar de fondo que se vive al interior del Indec, a nivel de los cuadros técnicos, se extendió ayer a todo el espectro de especialistas en estadísticas económicas. Tres ex titulares del instituto coincidieron, en diálogo con este diario, en calificar como “un papelón” el ocultamiento de los últimos datos sobre desempleo que surgen de la Encuesta Permanente de Hogares. “Me consta que los datos de la encuesta hasta el tercer trimestre estaban procesados; eso es lo que debería haberse dado a conocer, no una extrapolación a partir de la medición de mayo pasado con la metodología anterior, simplemente porque (el índice de desempleo) daba así más bajo”, se indignó un ex funcionario del área.
Sin embargo, la difusión de las estadísticas de desempleo sólo en base a la nueva metodología, como propuso el Indec ayer temprano, irritó a Lavagna. Este entendió que la opinión pública hubiera interpretado el 16,4 por ciento resultante (otra versión dice que arrojaba 16,8) como una suba de la desocupación, en vez de una baja, tal cual marca la tendencia. Pero respondió con una postura extrema: desechó los resultados por la nueva metodología, postergando su difusión hasta el martes, y los reemplazó por una “proyección” de la que resulta un desempleo del 14,3: 3,5 puntos por debajo de octubre del año anterior.
La conferencia de prensa que debían ofrecer los responsables de la encuesta fue reemplazada por un comunicado con membrete del organismo pero sin firma. “No es el lenguaje del Indec, tradicionalmente más cuidadoso de un tratamiento técnico de la información”, señaló un ex funcionario del organismo. “Por ejemplo, si el dato surge de una proyección, un técnico jamás afirmaría que la tasa ha bajado, sino que utilizaría el potencial; y peor aún, un cálculo proyectado nunca sale del Indec sin dar a conocer la correspondiente metodología, y esta vez se resolvió con una llamada al pie que dice dato estimado por extrapolación, proyección o imputación”.
Los técnicos vinculados al Indec recuerdan otros antecedentes de intromisión de Economía en el organismo. Por ejemplo, la disputa entre Roberto Lavagna y Juan Carlos Del Bello (ex director del Indec) por la medición de la pobreza a fines de 2002, cuando el ministro cuestionó la metodología del Indec con argumentos que escandalizaron a los especialistas. “Lavagna quería hacer una canasta especial para pobres, de forma tal que el que pudiera alcanzar ese nivel de consumo de pobre dejaba, paradójicamente, de ser pobre”, sintetizaron su posición de entonces. La controversia terminó en el desplazamiento de Del Bello y su reemplazo por el actual titular del Indec, Lelio Mármora.
Las cifras que ayer debía difundir el Indec correspondían al desmpleo en el primero, segundo y tercer trimestres de este año, elaborados según una nueva metodología que perfecciona la anterior al rediseñar el cuestionario, realizar una captación continua de la información (en vez de hacerlo puntualmente en dos fechas del año) y aumentando la frecuencia de presentación de los resultados. Sin embargo, Economía privilegió la consideración del impacto mediático de la noticia, para clavar el dato en el 14,3 por ciento.
El grupo folklórico Los Nocheros pasó un mal momento el lunes, en el estadio de Córdoba, cuando una falla en la grabación dejó en evidencia que cantaba con playback. El intento por no mostrar una desocupación demasiado alta dejó también al Ministerio de Economía expuesto a un papelón. Como Los Nocheros, Lavagna está jugando con fuego: una vez que se pierde la credibilidad, difícilmente se recupera.

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