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Si los países del Mercosur no dan el paso, Chile tampoco. O al menos así lo reveló ayer el ministro del Interior chileno, José Miguel Insulza, respecto de la posibilidad de que su país acceda a firmar el acuerdo para la creación del Area de Libre Comercio para las Américas (ALCA). En palabras de Insulza, Chile optará por “esperar más y no forzar la máquina (para presionar) a los países que tienen reticencias”, pese a su interés por integrarse al ALCA. Y así, “aplicando la política del buen vecino”, según dijo, no firmará el acuerdo mientras sus socios comerciales más cercanos no lo hagan.
Pero más allá de buenas intenciones con el Mercosur, el funcionario chileno dejó entrever su desconfianza frente a la celeridad con que pueda alcanzarse el acuerdo. “No debemos taparnos los ojos, pues el ALCA no estará listo para enero de 2005 (fecha programada para su entrada en vigencia)”, advirtió durante una conferencia en Costa Rica. Sin embargo, Insulza no pierde trecho y carga desde ya bajo la manga una solución alternativa en caso de que no se llegue a un consenso con toda América: “firmar alguna forma de acuerdo multilateral con los países dispuestos”.
Hasta ahora, las naciones del Mercosur han manifestado su reserva para sumarse al ALCA, principalmente por no ver satisfechas sus exigencias en materia agrícola, mismo punto por el que la semana pasada se estancaron las negociaciones de un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea. El bloque regional pide la eliminación de la ayuda interna y los subsidios a las exportaciones.
Chile es, por el momento, el único país sudamericano que tiene un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Las naciones centroamericanas también firmaron en mayo, a nivel regional, un convenio de este tipo con dicho país norteamericano, pero éste aún debe ser ratificado.