ECONOMíA › INMINENTE AJUSTE EN CIGARRILLOS

Aumento sin filtro

Las empresas tabacaleras preparan aumentos en el precio de los cigarrillos, tras la publicación ayer en el Boletín Oficial de un decreto que prorroga hasta diciembre de 2003 un convenio impositivo con el Gobierno. Las subas que aplicarían Nobleza Piccardo y Massalin Particulares serían del 10 por ciento en una primera etapa y del 5,5 en una instancia posterior. Página/12 anticipó hace dos semanas que Roberto Lavagna tenía a la firma el decreto para convalidar el acuerdo tributario, que le había dejado como herencia su antecesor, Jorge Remes Lenicov. Finalmente, el ministro de Economía aprobó las condiciones pactadas y ayer se publicó el decreto.
El precio promedio de los atados es actualmente de 1,61 peso, pero saltará a 1,85 en cuanto Nobleza y Massalin completen los aumentos. A diferencia de otros rubros que retocaron los precios sin negociación previa con el Gobierno, las tabacaleras necesitaban definir la pauta impositiva para los próximos meses antes de cualquier ajuste. La próxima semana caducaba el convenio que ahora se extiende hasta el 31 de diciembre de 2003. Si no hubiese sido renovado, las empresas habrían sufrido un aumento impositivo.
El punto central del acuerdo es que las tabacaleras se comprometen a garantizar un piso mínimo de recaudación de 3300 millones de pesos hasta esa fecha, a cambio de que el Gobierno mantenga la tasa del impuesto de Emergencia a los Cigarrillos en 7 por ciento. Sin el convenio, la alícuota del gravamen hubiera saltado al 21 por ciento.
El argumento que utilizan las empresas para justificar la prórroga del acuerdo es que un alza del gravamen no les convenía ni a ellas ni al Estado. De haberse producido tal incremento, afirman, su rentabilidad se hubiese visto resentida y para recuperar posiciones hubieran elevado los precios al consumidor todavía más de lo que se espera. Y ni aún así el fisco hubiese conseguido la recaudación prevista, puesto que la disparada en los precios hubiera hecho caer la demanda o provocado un corrimiento de los consumidores a marcas más baratas.
Los insumos de las tabacaleras se encarecieron por la devaluación. Desde el tabaco, cuyo precio está fijado en dólares como cualquier otro commodity, hasta los papeles que necesitan importar para el armado de los cigarrillos. El aumento inmediato sería del 10 por ciento, y para más adelante ya está prevista otra suba del 5,5 por ciento. Ese cronograma, sin embargo, podría verse alterado porque la inflación creció más de lo previsto al momento de suscribirse el convenio, que se negoció con una pauta de incremento de los precios minoristas del 15 por ciento.
El acuerdo establece específicamente que si la inflación superaba la marca fijada, las partes se sentarán a renegociar sus condiciones. Habrá que ver si las empresas deciden reabrir la discusión para gestionar un mayor ajuste de precios o si se conforman con lo ya acordado. También habrá que ver la actitud de Economía, ya que está en condiciones de reclamar más ingresos, aunque provocará que los fumadores tengan que pagar más por los cigarrillos. El plan contempla a la vez la garantía de que no habrá despidos en las plantas de Nobleza y Massalin, y que las empresas no exportarán a los países limítrofes, para evitar el reenvío por contrabando.

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