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Por C. Z. y D. C.

Los principales banqueros de la Argentina creen que el fallo de la Corte agravó la crisis institucional que vive el país. Y que esta situación terminará por ahondar la crisis económica. En los bancos extranjeros parten de la base de que sus casas matrices no enviarán los dólares para devolver los depósitos. En las entidades locales directamente escasean los billetes. Frente a esta realidad, diversos financistas consultados por Página/12 sostuvieron que si el Gobierno emitiese pesos para cumplir con los inversores se desembocaría en una hiperinflación. Y que la entrega de bonos nominados en pesos –que encima se devaluarían en el mercado– enfurecería aún más a la gente. Bajo este contexto, los banqueros tienen un temor adicional que los desborda: que los ahorristas se agolpen frente a las entidades financieras reclamando la devolución de los depósitos. El Banco Central definiría hoy feriados cambiario y bancario para pasado mañana y el martes. Mario Blejer, presidente del Central, canceló su participación en el Foro Económico Mundial y anticipó su regreso desde Nueva York para hoy mismo.
“Estamos presenciando una batalla política que devino en crisis institucional, y nosotros quedamos en el medio”, apuntó el ejecutivo de un banco líder de plaza, en diálogo con este diario. Los banqueros tienen una mirada muy particular sobre la crisis: analizan la situación como si ellos no tuvieran nada que ver con la depresión económica, después de extraer todos los beneficios que pudieron en sus negocios con el Estado, ni con los cacerolazos, negándose a importar dólares y restituir los depósitos. Los banqueros creen ser víctimas de la crisis y del Gobierno. No toleran que Eduardo Duhalde insista con aquello de la ruptura de la alianza con el sector financiero, aunque en la práctica no haya tomado ninguna medida que los afectara. Todo lo contrario, pesificará los depósitos con una compensación al sistema bancario.
Pero en la city creen que, tras el fallo de la Corte, la situación económica, política y social se agravará.
Economía
- Diversos banqueros consultados por Página/12 estimaron que cuando las casas de cambio reabran sus puertas se notará un nuevo repunte del dólar.
- Reclaman un rol más activo del Banco Central para enfriar la cotización, aunque está claro que las reservas de 13.700 millones de dólares serían insuficientes para defender una paridad por debajo de los 2 pesos como quiere el Gobierno si es que la ayuda del Fondo no aparece rápido.
- El desenlace más escuchado entre los financistas es que, en medio de la corrida y el tembladeral político, el desenlace será la dolarización o una nueva convertibilidad, a un dólar de entre 2 y 4 pesos.
Política
- Los financistas sostienen que la decisión judicial debilitó al Gobierno ya que blanqueará que no se pueden devolver los depósitos y habrá un nuevo corralito.
- En este contexto, Jorge Remes Lenicov podría ser el primer fusible que salte. En la city, incluso, ya sugieren a un eventual reemplazante: el ex titular del BC, Javier González Fraga.
- Los ejecutivos también sospechan que Duhalde está implementando una supuesta “teoría de los demonios”, según la cual señalaría a varios chivos expiatorios por la crisis: la Corte, los hermanos Rohm y aguardan una ofensiva judicial sobre un grupo de banqueros. El fallo de la Corte habría sido una respuesta a esa ofensiva, argumentan. Y no pierden de vista que el propio Jorge Capitanich fue alertado del fallo, días pasados, cuando intentó bajar el sueldo de los jueces.
- El escenario político futuro podría incluir el llamado a elecciones anticipadas. En ese caso, se presentarían José Manuel de la Sota (el preferido de la city) y Elisa Carrió. Aunque parezca descabellado, en caso de que la chaqueña resultase triunfadora, en el microcentro admiten laposibilidad de que tanto empresarios como financistas se unan para estrechar contactos con Seineldín. “Carrió es nuestra enemiga”, admitió un banquero.
Social
- Para los banqueros, la clave será en este aspecto si empiezan las remarcaciones de precios por la devaluación.
- Temen un empeoramiento en las protestas frente a los bancos.