ECONOMíA › YA CONTROLA DOS MERCADOS Y VA POR UN TERCERO

Tres partidas simultáneas

 Por Raúl Dellatorre

El emporio de la familia Rocca ha vuelto a mover sus piezas, pero esta vez lo hizo en forma simultánea en dos tableros diferentes, sin perder de vista un tercero. ¿De qué se trata esta vez? La adquisición de tres plantas a su principal competidora en el mercado interno, Acindar, impacta no tanto por el volumen de la operación sino porque consolida aún más su condición monopólica en el mercado de perfiles para la construcción y tubos para la industria metalmecánica. A su vez, el anuncio de la intención de acceder al control de la acería mexicana Hylsamex revela una apuesta mucho más ambiciosa: la de instalarse como un jugador de primera línea en el negocio mundial de aceros planos (chapas). Pero ni una ni otra jugada afecta ni descuida su juego en un tercer tablero, en el que ya Techint es líder mundial: el de tubos sin costura.
Durante años, el grupo Techint desplegó una estrategia de expansión en el mercado de tubos sin costura, cuyo cliente privilegiado es la industria petrolera, que le permitió llegar a colocarse, hoy, en el podio de los dos o tres mayores jugadores internacionales. Siderca, empresa insignia del grupo con planta en Campana, terminó fusionada con otras dos firmas del holding, la mexicana Tamsa y la italiana Dálmine, para formar Tenaris. Tamsa fue la primera adquisición importante de Techint en territorio norteamericano. Dálmine, en cambio, es para muchos la verdadera cabeza y casa matriz del emporio.
En el negocio de los aceros planos, en cambio, Techint se había caracterizado hasta ahora por una estrategia eminentemente defensiva. La compra de Sidor, cuando ésta se privatizó en la Venezuela anterior a Hugo Chávez, fue interpretada como una maniobra para evitar que otros fuertes competidores internacionales ingresaran al negocio latinoamericano de provisión de chapas para la industria automotriz y de electrodomésticos (línea blanca), principales consumidores de ese producto. Así, la familia Rocca les cerró el paso a otros competidores y no perdió el lugar de importante jugador a la par de otros productores de origen brasileño o mexicano. Defendió su condición de “local”, pero salir a jugar de “visitante” en el negocio de las chapas era un desafío que, por entonces, parecía lejano.
Los nuevos tiempos parecen darle una oportunidad al holding ítaloargentino para pasar a la ofensiva también en el mercado de los aceros planos. A la par de su consolidación económico financiera, gracias a su crecimiento en el mercado de tubos sin costura y al respaldo que recibe de parte de las instituciones políticas y financieras de Italia, algunos de los principales grupos siderúrgicos del Primer Mundo estarían eligiendo otros rumbos, según advierten algunos analistas. Es el caso, citan, de Manesmann, de Alemania, volcado hoy a las telecomunicaciones. La razón serían los escasos márgenes de ganancias que obtienen en el negocio del acero y las mejores oportunidades que ofrecen otros mercados más dinámicos y tecnológicamente más modernos.
Con este espacio disponible, el holding Techint consideró llegado el momento para intentar un nuevo salto. La adquisición de la mexicana Hylsamex al grupo azteca Alfa será la pieza maestra de dicha maniobra, ya que le permitiría el acceso al mercado norteamericano a través del Nafta. El acuerdo con Alfa compromete la cesión de una participación accionaria del 42,5 por ciento de Hylsamex, pero la oferta se hará extensiva al total de los accionistas ya que el grupo Techint tiene pretensiones de quedarse con el 100 por ciento de la firma líder en la producción de aceros planos en México. El monto en juego es del orden de los 2100 millones de dólares, que Techint no deberá sacar de sus arcas de forma inmediata en su totalidad, ya que cuenta con generosos créditos de cómoda financiación en la patria de origen de la familia Rocca. Ventajas de las que sólo gozan los “global players”, se entiende. Techint empieza a reeditar en el mercado de los aceros planos lo que ya consiguió en el de los tubos sin costura: convertirse en un competidor de estatura mundial. No por eso descuida su avance y consolidación en el negocio proveedor de la industria petrolera: su expansión ya lo llevó a adquirir plantas en Rumania, Japón, Canadá y hasta en China. Con buen dominio en este tablero, ahora jugó sus piezas en el de los aceros planos a nivel internacional, con la compra de Hylsamex. Y como tampoco es cuestión de desatender la retaguardia, ejecutó una movida de reaseguro en el último tablero, el local, donde reafirmó su posición dominante y, consecuentemente, adquirió condiciones para mantener en él un alto grado de rentabilidad.

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