EL MUNDO › EN UN VIDEO, EL JOVEN PIDE A EE.UU. QUE RETIRE LAS TROPAS DE AFGANISTáN

Súplica de un soldado rehén

Capturado por los talibán, el militar norteamericano dijo tener miedo y extrañar a su familia. Las tropas en Kabul estuvieron repartiendo panfletos durante las últimas semanas reclamando la liberación de Bergdahl, de 23 años.

 Por Stephen Foley *

Desde Nueva York

El ejército de Estados Unidos condenó ayer a los talibán por difundir un video en el que se ve a un soldado norteamericano hecho prisionero pidiéndole al gobierno de Washington que abandone su estrategia actual en el país asiático y retire de inmediato a todas sus tropas. El Pentágono ya identificó al soldado: Bowe Bergdahl, 23 años, de Idaho.

El video del soldado Bergdahl, de 28 minutos de duración, fue difundido a través de Internet y en él puede verse al joven norteamericano en buena salud, pero asegurando que tiene mucho miedo y que extraña a su familia.

Se cree que es la primera vez en más de dos años que un soldado estadounidense es capturado en Irak o Afganistán. “Condenamos la divulgación de esta cinta, así como la humillación de prisioneros. Ello va en contra del Derecho internacional”, señaló un vocero militar estadounidense. “Estamos haciendo todo lo posible por traer a este soldado de vuelta a casa”, agregó, tras señalar que las tropas en Afganistán estuvieron repartiendo panfletos durante las últimas semanas pidiendo la liberación de Bergdahl, quien fue capturado cuando se retrasó en una ronda de patrullaje.

El comando talibán, por su parte, informó que el video fue grabado el pasado 14 de julio, aunque es imposible determinar su fecha. La semana pasada, Mawlavi Sangin, comandante talibán de la provincia sudoriental de Paktika, región en que desapareció el joven de 23 años el último 30 de junio, había dicho que sus hombres tenían bajo su control al prisionero y que lo iban a ejecutar si no cesaban los patrullajes del ejército para encontrarlo.

Y es que tanto las tropas afganas como las estadounidenses estuvieron buscando a Bergdahl por todas partes las últimas dos semanas, ofreciendo una recompensa a cambio de información sobre su paradero.

Según informaron pobladores locales a los soldados de Washington, los combatientes talibán habrían planeado inicialmente cruzar la frontera y llevarse a Bergdahl hacia Pakistán, pero desistieron de la idea frente a la intensidad de los bombardeos y lanzamientos de misiles en el área contra objetivos talibán tanto por parte de la fuerza aérea de Estados Unidos como por las tropas regulares de Islamabad.

“Tengo miedo de no poder volver a casa. Es muy difícil ser un prisionero aquí”, dice el soldado en el video. En los minutos que dura la grabación, puede verse a un Bergdahl con la cabeza rapada y una leve barba crecida, vestido con una túnica a la manera tradicional afgana. El soldado bebe té, come algunos bocados y, claramente, recibe instrucciones acerca de qué decir. “Tengo una novia que tiene esperanzas de poder casarse. Tengo abuelos que quiero mucho. Tengo toda una gran familia que quisiera volver a ver allí en Estados Unidos”, sostiene Bergdahl. En ese momento se escucha una voz que le dice: “Lo de la parte que extrañás...”.

Entonces el soldado continúa: “Y cada día que pasa los extraño más a todos ellos. Me hacen mucha falta y temo que ya no pueda volver a verlos, abrazarlos y decirles que los amo”. Luego se le hace la pregunta final. “¿Algún mensaje para tu pueblo?”, se escucha la misma voz que antes. “Sí, a mis compatriotas americanos que tienen seres queridos aquí y que saben lo que es extrañarlos: ustedes tienen el poder de hacer que el gobierno nos saque de acá”, asegura Bergdahl. “Por favor, se lo suplico, hagan fuerza para que nos lleven de vuelta a casa, a donde pertenecemos, y no nos dejen aquí, malgastando nuestro tiempo y nuestras vidas que podríamos estar disfrutando en Estados Unidos. Ustedes tienen el poder”, insiste.

Bob Bergdahl, el padre del soldado secuestrado, acusó recibo ayer de la captura de su hijo y se limitó a agradecer las expresiones de solidaridad recibidas. “Rezamos porque nuestro hijo pueda volver a reunirse con sus camaradas y con su familia. Estamos muy conmovidos por las muestras de apoyo que recibimos de todo el país”, señaló.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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“Tengo miedo de no poder volver a casa. Es muy difícil ser un prisionero aquí”, dice el soldado.
 
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