Con el brazo herido y bromeando sobre su rol de entrevistado, el periodista francés Romeo Langlois, en poder de las FARC desde hace un mes, fue filmado a modo de prueba de vida. El video difundido ayer se da a conocer mientras avanza el operativo con el que mañana se intentará liberar al hombre de prensa.

En imágenes emitidas por el canal Telesur, Langlois –capturado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia como prisionero de guerra por vestir ropa militar cuando participaba de un operativo junto a miembros del ejército– respondió a las preguntas realizadas presumiblemente por una guerrillera que oficia de entrevistadora. “Normalmente yo hago las preguntas, soy el periodista”, dijo, en tono de broma, el corresponsal de France 24 en sus primeras imágenes desde que fue capturado en una zona rural del departamento de Caquetá.

Sentado en un campamento en medio de la selva y con un vendaje en su brazo izquierdo, producto de una herida sufrida el día de su secuestro, el periodista afirmó que no sabía que el área a la que se dirigió con el ejército colombiano el día de su captura era una zona roja, y admitió que es consciente del peligro al que se expone cuando hace ese tipo de coberturas. “No pensaba que esto se iba a poner tan tremendo”, aseguró, recordando su experiencia profesional entrevistando a jefes de las FARC, hecho por el que reconoció que no era bien visto por el gobierno.

“Nunca me ha querido mucho el gobierno porque siempre he ido de los dos lados para tener la opinión de todos. Uno sabe a qué se expone cuando hace este tipo de actividades”, insistió con el torso desnudo y en una suerte de galpón de chapa y madera. Además confesó que pensaba que el operativo que acompañó duraría un par de horas, “para destruir un laboratorio y nada más”. El Frente 15 de las FARC anunció que mañana va a liberar al periodista y señaló que las coordenadas del sitio serán entregadas a la misión humanitaria establecida para el proceso que está integrada por el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la ex senadora Piedad Córdoba y un delegado del gobierno francés, quien llegó ayer a Colombia.