EL MUNDO › DOS CAMPAÑAS CONTRA AL QAIDA EN EL SUDESTE ASIATICO

Se tensa el eje indonesio-filipino

Las campañas emprendidas por los ejércitos de Indonesia en Aceh y de Filipinas en Mindanao pusieron de relieve ayer las amenazas a la seguridad en la ya convulsionada región del Sudeste Asiático. La guerra que comenzó nuevamente en la provincia indonesia de Aceh, si es corta, victoriosa y sin violaciones de los derechos humanos podría favorecer a la presidenta Megawati Sukarnoputri para las elecciones de 2004. Después del fracaso en las conversaciones en Tokio entre el gobierno y el Movimiento Aceh Libre (GAM), Megawati firmó un decreto imponiendo la ley marcial en la provincia de Aceh (al norte de Sumatra) donde el GAM lucha desde hace 30 años por la creación de un Estado islámico independiente en una zona rica en petróleo y gas natural.
Anteayer se inició una operación militar, la mayor hecha por el ejército indonesio desde la ocupación de Timor Oriental en 1975. Megawati, la hija de Sukarno, el primer presidente indonesio después de la independencia, “es considerada como la que toma una medida firme sobre un caso sumamente popular, el de la defensa de la unidad indonesia”. El archipiélago de más de 18.000 islas y más de 300 grupos étnicos posee una unidad frágil. Según los servicios secretos de algunos países como Australia, Jemaah Islamiya (JI), el supuesto brazo de Al Qaida en el Sudeste Asiático, está preparando ataques terroristas en la región y creen que células de esta organización están instaladas en Mindanao.
En la isla filipina de Mindanao, la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo, aprobó una campaña militar contra el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI). antes de partir hacia Estados Unidos para una visita oficial que comenzó ayer, y de la que espera el respaldo del presidente George W. Bush en su lucha contra los insurgentes. Con similitudes históricas, la lucha por la independencia de Mindanao ha desencadenado unas 120.000 muertes en los últimos 30 años, mientras que el conflicto separatista de Aceh se remonta también a principios de los años ‘70 y acumula más de 10.000 víctimas. Las diferencias estriban en que los separatistas de Mindanao buscan establecer un Estado islámico en un país de mayoría cristiana (Filipinas), mientras que en Indonesia la mayoría es musulmana. Las decisiones de ambos gobiernos de lanzar campañas militares no ha hecho más que agravar la situación de seguridad en el Sudeste Asiático, una región que aglutina grandes comunidades musulmanas (en el caso de Indonesia la mayor del mundo) en medio de la llamada “guerra global contra el terrorismo islámico” encabezada por Washington.

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