EL MUNDO › EL ESTADO ISLáMICO CONTROLA LA CIUDAD IRAQUí

La caída de Ramadi

“Colapso total”, así describieron la situación en la urbe tomada por los jihadistas. Después de Ramadi, el grupo Estado Islámico buscará avanzar sobre Bagdad.

 Por Patrick Cockburn *

Desde Irbil

@Milicianos chiítas ahora intentarán bloquear el camino a Bagdad después de que los combatientes del Estado Islámico (EI) derrotaron a unidades de elite de las fuerzas armadas iraquíes y capturaron la ciudad de Ramadi, a cien kilómetros de Bagdad. La caída de Ramadi es el peor desastre militar sufrido por el gobierno iraquí desde que perdió el norte de Irak en la ofensiva del EI, hace casi un año. Un concejal local en Ramadi describió la situación como “un colapso total”.

Los cuerpos quemados ensucian las calles y hay informes de masacres de policías y miembros de una tribu que se oponen al autoproclamado Estado Islámico. Vehículos blindados pertenecientes a la mejor unidad del ejército iraquí llamada División Dorada se podían ver saliendo de Ramadi, en una retirada que parecía, a veces, como una derrota. Quedó abandonado armamentos pesado, incluyendo Humvees y artillería.

Unos 500 soldados y civiles murieron en los combates en Ramadi en los últimos días mientras el EI se cerraba sobre los restantes puestos de avanzada del gobierno y atacantes suicidas destruían fortificaciones embistiéndolas con vehículos cargados de explosivos.

Casi todas las 600.000 personas que una vez vivieron en Ramadi huyeron, a pesar de las dificultades para atravesar los últimos puestos de control del ejército y la milicia en Bagdad, donde se sospecha que los sunnitas desplazados son simpatizantes del EI. Omar, un periodista de Ramadi, dijo que los combatientes del EI consideran que la mayoría de las personas en Ramadi era hostiles hacia ellos y les decían: “¡Fuera! Nosotros no los necesitamos!”. Culpó a Bagdad por la caída de su ciudad por no enviar ayuda militar. “Durante un año y medio estuvimos pidiéndole ayuda a Bagdad”, dijo.

La caída de Ramadi puede llegar a ser un acontecimiento decisivo, que cambie el panorama político y militar de Irak y Siria. En algunos aspectos, es una peor derrota para el gobierno iraquí que la captura de la norteña ciudad iraquí de Mosul por un ataque sorpresa del EI el año pasado. La presión del EI sobre Ramadi fue constante desde abril y otro ataque era totalmente esperado. Por otra parte, la guarnición de la ciudad consistía en algunas de las mejores tropas del ejército iraquí y éstas fueron apoyadas por los ataques aéreos estadounidenses.

El gobierno de Bagdad ahora no tiene más remedio que desplegar el Hashd Sha’abi, los paramilitares chiítas a quienes Estados Unidos considera bajo la influencia iraní y no ha querido ver en los combates del frente en las áreas sunnitas como Ramadi, la capital de la provincia gigante de Anbar.

La última victoria del EI –que hasta ahora había sido retratado dentro y fuera de Irak como habiendo perdido impulso después de una racha de victorias en Irak y Siria entre junio y octubre del año pasado– fortalecerá como ganador su llamado a los sunnitas. Ya está causando consternación entre los opositores de los jihadistas sunnitas que esperaban que la situación militar se hubiera estabilizado y que el EI estuviera en retirada.

El EI perdió Tikrit, la ciudad natal de Saddam Hussein, a principios de este año y no pudo tomar Kobani, la ciudad kurda de Siria, en un largo asedio de 134 días a pesar de sufrir grandes pérdidas. Los jihadistas lucharon por Ramadi desde principios de 2014 cuando tomó gran parte de la provincia de Anbar, incluyendo la ciudad de Faluja.

* De The Independent de Bran Bretaña. Especial para Páginal12

Traducción: Celita Doyhambéhère

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Las 600 mil personas que residen en Ramadi intentaron escapar de la ciudad.
Imagen: AFP
 
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