EL MUNDO › EL PAPA PIDIó AYUDA HUMANITARIA Y QUE SE RESPETEN LOS ACUERDOS DE MINSK

Putin y Francisco con Ucrania en el menú

Aunque el tema Ucrania fue central en este segundo encuentro entre el Papa y Putin, el pontífice se negó a condenar abiertamente lo que está pasando en el este de ese país. El premier italiano también le tendió una mano al presidente ruso.

 Por Elena Llorente

Página/12 En Italia

Desde Roma

El presidente ruso, Vladimir Putin, hizo un viaje veloz ayer por Italia y el Vaticano, visitando la Expo de Milán, donde se encontró con el primer ministro, Matteo Renzi, y luego por Roma para encontrar al presidente de la República, Sergio Mattarella. Pero el encuentro más esperado fue tal vez el que mantuvo por la tarde en el Vaticano con el papa Francisco. En la audiencia privada con el Papa, que duró 50 minutos, se trataron temas relativos a la situación en Ucrania y Medio Oriente, según informó la oficina de prensa vaticana. El Papa afirmó que es necesario comprometerse “en un sincero y gran esfuerzo para realizar la paz en Ucrania” y también que es “esencial afrontar la grave situación humanitaria en ese país” y comprometer a todas las partes “para una progresiva distensión en la región” y para “poner en práctica los acuerdos de Minsk”, dijo el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi. En febrero pasado, un segundo protocolo de Minsk fue acordado en un encuentro entre Francia, Alemania, Ucrania y Rusia, fijando las bases para las tratativas entre las dos partes en conflicto.

Aunque el tema Ucrania fue central en este segundo encuentro entre el Papa y Putin, no ocurrió en cambio lo que Estados Unidos esperaba. Según refirió el embajador estadounidense ante la Santa Sede, Kenneth Hackett, su país esperaba que el Vaticano se pasara del lado de los países occidentales y condenara abiertamente lo que está pasando en Ucrania.

Putin había llegado a la audiencia en el Vaticano con 70 minutos de atraso, un detalle no muy bien visto en general por el protocolo del Vaticano. Fue recibido en el patio de San Damaso por el prefecto de la casa pontificia, monseñor Georg Gaenswein, que lo condujo a la sala donde se encontraría con el Papa. Putin, acompañado por una delegación de nueve personas entre las que se destacaba el canciller Serguei Lavrov, no hizo declaraciones al salir y rápidamente se subió al auto de una larga caravana de trece vehículos, que lo conduciría al aeropuerto de Fiumicino donde debía encontrarse, según trascendió, con su amigo Silvio Berlusconi. El Papa y Putin se entregaron regalos, como suele ocurrir en las audiencias papales. Francisco le entregó –como ha hecho con otros mandatarios– el medallón con el ángel de la paz. “Este es el ángel de la paz, que ganó todas las guerras y habla de solidaridad entre los pueblos”, le dijo a Putin a través de un intérprete. De Putin Francisco recibió un cuadro bordado con algunos hilos de oro, que representa la Iglesia de San Salvador, “destruida en la época soviética y después reconstruida”, dijo Putin.

En contra de las amenazas de nuevas sanciones que surgieron durante la reciente reunión del G-7 (el grupo de los siete países considerados los más poderosos del mundo), en Alemania, esta semana, Italia pareció tenderle una mano a Rusia en las palabras que el primer ministro italiano Renzi dirigió ayer al presidente ruso y en la rueda de prensa conjunta que realizaron después en Milán, luego de haber visitado ambos la Expo 2015. El de ayer fue el cuarto encuentro entre Renzi y Putin en los últimos años, donde se abordaron los principales temas internacionales, entre ellos la crisis en Ucrania, también la situación en Medio Oriente y el Mediterráneo, en particular Libia, y la amenaza del terrorismo internacional, “que todo el mundo tiene que abordar”, dijo Renzi en la rueda de prensa. “Creo que hemos compartido preocupaciones –indicó el primer ministro italiano– y la voluntad de encontrar soluciones juntos”, destacando además que “ante la ola de extremismo y de fanatismo que lleva al asesinato de personas inocentes, tenemos necesidad de que un gran país como la Federación Rusa tenga un espacio para poder colaborar. Si Rusia respeta el protocolo del Minsk II (sobre Ucrania), entonces se podrá colaborar a todos los niveles. La amenaza terrorista nos exige estar unidos”, concluyó Renzi, que se verá de nuevo con Putin en Turquía en noviembre, para el G-20.

El presidente ruso, en cambio, prefirió poner el acento en las relaciones económicas entre los dos países, casi como queriendo mostrar el gran socio comercial que los italianos se están perdiendo a causa de las sanciones impuestas a Rusia por Europa y Estados Unidos luego de la cuestión de Ucrania. “Hay muchas posibilidades de cooperación entre nuestros países”, subrayó el presidente de la Federación Rusa, recordando que Italia es el cuarto socio comercial de Rusia, aunque últimamente los intercambios se han visto reducidos hasta en un 25 por ciento. En Rusia hay más de 400 empresas italianas. La producción italiana y la adquisición de bienes italianos son importantes para los rusos, por ejemplo en el sector automovilístico y los de Finmeccanica, productora estatal de aviones y helicópteros, entre otras cosas. “La cooperación en el campo militar y de la tecnología no es sólo para la defensa de Rusia. Hay contratos que benefician a las empresas italianas. Pero hay límites a nuestro trabajo a causa de las sanciones. Estamos tratando de buscar nuevas tecnologías en otros países”, subrayó. “Hemos hablado de las sanciones, pero de modo realista –agregó–. De cómo estas sanciones nos impiden colaborar”, dijo Putin dirigiéndose, más que a los periodistas, a los empresarios y dirigentes de las principales empresas del país, muchos de los cuales estaban presentes ayer en la Expo.

Interrogados por la prensa sobre la situación en Ucrania, Renzi insistió en que el Protocolo Minsk II es la “estrella polar” que debe guiar las negociaciones en busca de la paz. “Si el Protocolo se cumple, las sanciones cambiarán”, insistió Renzi. Putin, por su lado, dijo sobre Ucrania que “sabemos que no hay otra solución que la paz”. Y sobre Libia agregó que “hay que afrontar el problema libio”, pero aclarando que ese conflicto fue provocado “por la intervención militar de 2011 (de Europa y Estados Unidos, autorizados por la ONU, contra Muammar Khadafi), cuando Rusia, por el contrario, quería encontrar una solución dialogada”.

Compartir: 

Twitter

Putin y el Papa durante la visita al Vaticano del presidente ruso.
Imagen: AFP
 
EL MUNDO
 indice

Logo de Página/12

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.