EL MUNDO › BAJO EL PARAGUAS DE LAS NACIONES UNIDAS, BUSCAN UN ACUERDO EN TRES SEMANAS

Negocian un gobierno de unidad en Libia

El representante de la ONU dijo que espera que las facciones rivales libias reunidas en Ginebra lleguen a un entendimiento no sólo sobre la composición de un gobierno de unidad, sino también en relación con su funcionamiento.

El enviado especial de la ONU para Libia, Bernardino León, dio inicio ayer a la fase final de las negociaciones de paz interlibias, con el objetivo de que en tres semanas se acuerde un gobierno de unidad nacional y se obtenga su ratificación definitiva en septiembre.

Estos plazos evitarían que Libia continúe sumida en el caos, siga partida en dos y controlada por dos gobiernos paralelos en octubre, cuando expira el mandato de las únicas autoridades reconocidas internacionalmente.

“Es muy arriesgado llegar a octubre sin un acuerdo porque estaremos en una situación más caótica. Por esto es importante tener este calendario y finalizar las discusiones en las próximas tres semanas”, explicó León.

“Estamos convencidos de que se puede hacer en este tiempo. Espero que todos los actores políticos sean responsables, aceleren las conversaciones y se llegue a un acuerdo muy pronto”, agregó al comparecer ante la prensa en el primer día de una nueva ronda de negociaciones.

El representante de la ONU dijo que espera que las facciones rivales libias reunidas en Ginebra lleguen a un entendimiento no sólo sobre el gobierno de unidad, sino también en relación con una serie de anexos que detallarán su composición y funcionamiento. Esos anexos versan sobre las prioridades del futuro gobierno, su composición, su presupuesto y la independencia de las entidades que gestionarán las finanzas nacionales.

“Si hay éxito, si hay voluntad política, creatividad y sabiduría, con propuestas sobre la mesa, entonces podría haber una ratificación, un voto final y una firma en las primeras semanas de septiembre”, adelantó. Dijo que el “calendario ideal” sería que estas negociaciones interlibias concluyeran del todo antes del inicio de la Asamblea General de la ONU, que se inaugura el 21 de septiembre, para que el nuevo gobierno pudiera participar en este foro y recibir el aval de la comunidad internacional.

“Sería ideal, pero sabemos que estamos en un proceso complejo, con muchos actores, desafíos, así que por ahora lo dejo así, como un calendario ideal. Veremos en las próximas dos a tres semanas si es posible cumplirlo”, comentó.

El paquete que se intenta cerrar también incluye elementos sobre seguridad, uno de los aspectos más difíciles, ya que requiere que se pongan de acuerdo grupos armado rivales y sobre los que las facciones políticas influyen, pero no necesariamente controlan. “El objetivo es tener a todos los actores militares, el ejército y las milicias alrededor de la mesa para que apoyen el proceso. Queremos que su contribución sea parte del acuerdo final”, explicó León. Reconoció que en este aspecto se avanzó menos que en el ámbito político.

Esta ronda de negociaciones empezó ayer, con un día de retraso, tras la llegada a Ginebra de los representantes de las distintas facciones que se disputan el poder en Libia y controlan distintas zonas del país. “Estoy complacido de ver a todos los actores alrededor de la mesa” de negociación, dijo León, quien actúa como mediador en este delicado proceso que se inició a principios de año y es visto como la única alternativa para estabilizar Libia.

“Hubo retraso para reanudar las conversaciones, pero ha valido la pena intentar reunirlos y que todos participen hoy y mañana en las conversaciones”, declaró ayer, tras la reticencia de la facción que controla Trípoli –el Congreso General de la Nación (CGN)– de enviar una delegación a esta ronda negociadora.

El CGN se negó a firmar el 11 de julio, al término de una ronda realizada en Marruecos, un acuerdo para la formación de un gobierno de unidad y había amenazado con no enviar una delegación a Ginebra si no recibía garantías de que se podrían introducir modificaciones.

Ese documento, en cambio, sí fue suscripto por su rival, la Casa de los Representantes, el Parlamento reconocido por la comunidad internacional y que tiene su sede en Tobruk (al extremo noreste del país).

“Vamos a escuchar y abordar las preocupaciones de todas las partes... hemos trabajado siempre bajo el principio de inclusión y seguiremos haciéndolo”, aseguró el enviado de la ONU.

Sin embargo, León también dijo que las partes deben abordar esta fase crucial de las negociaciones “con pragmatismo, intentar superar sus posiciones opuestas” para lo cual deben aceptar trabajar directamente con los documentos avanzados en Marruecos.

León pidió también que los políticos en Libia transmitan a su pueblo mensajes constructivos y que no se empiece a hablar de guerras inminentes si las negociaciones fracasan.

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Negociadores libios llegan a la mesa de diálogo de Naciones Unidas ayer en Ginebra.
 
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