EL MUNDO › OEA, UNASUR Y MERCOSUR EXPRESAN PREOCUPACIóN POR EL JUICIO POLíTICO CONTRA LA MANDATARIA DE BRASIL

Un respaldo de los bloques a Dilma

Samper, secretario general de Unasur, dijo que “no hubo indicios ni una discusión de fondo” en Diputados sobre la acusación contra Rousseff; su par de la OEA, Almagro, señaló que las mayorías en los parlamentos “no resuelven las crisis”.

Un coro con voces de la región y del resto del mundo salió ayer a apoyar a la presidenta Dilma Rousseff después de que la Cámara de Diputados de Brasil aprobara el pedido de juicio político en su contra. El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, visitó a la presidenta brasileña y afirmó que el proceso que puede acabar con su destitución es de carácter político, carece de certezas jurídicas y siembra dudas en el organismo. El secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas, Ernesto Samper, confió en que el Senado detendrá el proceso y consideró que no hubo indicios ni una discusión de fondo en la Cámara baja sobre delitos que se le puedan atribuir a la mandataria. El presidente del Parlamento del Mercosur, Jorge Taiana, señaló que el impeachment a Rousseff “es una situación escandalosa” porque en nombre de la corrupción “inician un enjuiciamiento político a la presidenta que no tiene ninguna acusación por corrupción”. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, confió en que la crisis política que vive el país se resuelva dentro del marco constitucional. Y Estados Unidos se mostró convencido de que Brasil puede afrontar el “momento desafiante” que atraviesa.

Almagro fue recibido el viernes por Rousseff en el Palacio presidencial de Planalto, al mismo tiempo que, en la vecina sede del Parlamento, el pleno de la Cámara de Diputados celebraba la primera de las tres sesiones en las que definiría si el proceso llega a la instancia definitiva del Senado, lo que finalmente sucedió. “Expresamos nuestras dudas y preocupación, porque hemos tenido siempre a Brasil como un país que es un ejemplo de legalidad en el continente”, declaró Almagro tras la reunión con Rousseff que duró cerca de una hora y media. El secretario general de la OEA explicó que las dudas del organismo pasan por los planes ético, político y jurídico. En el primer caso, indicó que “llama mucho la atención que la presidenta es una persona sobre quien no recae ninguna acusación penal, pero entre quienes las van a juzgar hay personas acusadas y hasta imputadas”. En lo político, sostuvo que “las mayorías circunstanciales en los parlamentos no resuelven los problemas y las crisis” de los países, en referencia al bloque que iba a conformarse en Diputados en favor de que se instaure un juicio político contra Rousseff. En ese marco, también subrayó que no existe una acusación de carácter penal contra la presidenta, sino que se la acusa de mala gestión de las cuentas públicas.

Para el secretario de la Unasur, la decisión de continuar el proceso de destitución de la presidenta brasileña constituye “un motivo de seria preocupación para la región”. Samper señaló que la elección “democrática y mayoritaria” de Rousseff como presidenta constitucional “no puede ser derogada en un juicio político por una mayoría parlamentaria, a menos que “exista una prueba que la vincule de manera directa y dolosa con la comisión de un delito común, hecho que hasta el momento no ha sucedido”.

“Confiamos en que el Senado de la República, actuando en conciencia como juez y después de evaluar la firmeza y pertinencia legal de las pruebas aportadas, detenga este proceso que puede llegar a afectar seriamente la democracia regional y la seguridad jurídica hemisférica”, destacó Samper.

El presidente del Parlasur afirmó que buena parte de los que inician el proceso de juicio político están imputados por corrupción, como es el caso del presidente de la Cámara de Diputados, que “se mantiene en su cargo sólo por los fueros”. “Esto es un golpe parlamentario, es una utilización forzada de la ley de impeachment”, analizó Taiana. El ex canciller opinó que esto tendrá repercusiones para la región. “Kissinger decía que hacia donde se incline Brasil se inclina Sudamérica y creo que sigue siendo así”, dijo Taiana, para quien el proceso de destitución impactará en lo político y en lo económico también. “Brasil es nuestro principal socio y ya estamos sufriendo las consecuencias. Es muy difícil que tengamos resultados positivos mientras Brasil se mantenga en negativo”, sostuvo.

La ONU destacó la fortaleza de las organizaciones brasileñas. “Brasil tiene una tradición democrática muy sólida, instituciones del Estado muy fuertes. El secretario general confía en que los actuales desafíos del país se resolverán a través de esas instituciones”, dijo el vocero de Ban, Stéphane Dujarric.

“Estamos siguiendo de cerca el proceso político en Brasil”, aseguró el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby, en su rueda de prensa diaria, pero declinó hacer valoraciones sobre la posible salida del poder de la mandataria. Kirby afirmó que Washington considera las instituciones brasileñas lo “suficientemente maduras” como para abordar la crisis actual desde un punto de vista democrático y de acuerdo a la Constitución.

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El vicepresidente de Brasil, Michel Temer, es un abierto rival de la mandataria Rousseff.
Imagen: AFP
 
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