PáginaI12 En Brasil

Desde Brasilia

Democracia herida de muerte. “Hay una guerra en Brasil, estamos frente a un proceso violento contra la democracia, han construido una teoría para justificar la salida de Dilma y la criminalización del PT (..) la prensa, la policía federal y el ministerio público están perfectamente articulados para construir mentiras” denunció Luiz Inácio Lula da Silva, entrevistado por el director norteamericano Oliver Stone.
La divulgación del reportaje realizado en San Pablo, al que le concedieron espacio mínimo las empresas periodísticas, prácticamente coincidió con un mensaje de Michel Temer sobre sus seis meses como presidente, éste sí repetido (publicitado) durante el fin de semana por las redes privadas.
El 12 de mayo el Senado autorizó el inicio del impeachment y la automática suspensión de Dilma Rousseff, quien fue reemplazada provisoriamente por el hasta entonces vicepresidente Michel Temer.
Finalmente el 31 de agosto Temer juró como presidente efectivo cuando más de dos tercios de la Cámara alta (entre ellos unos 30 senadores procesados o denunciados por corrupción) votó por la destitución de la presidenta electa, pese a que no se logró demostrar la comisión de ningún delito.
A fines de septiembre el juez Sergio Moro, al que ya se baraja como eventual candidato presidencial “outsider” abrió un proceso contra Lula por su presunta vinculación en la telaraña de corrupción tejida en perjuicio de Petrobras.
“Ellos trabajan para evitar que yo pueda participar en las elecciones de 2018 (es obvio) que una vez que ellos dieron el golpe parlamentario no van a querer permitir que yo vuelva”.
Al frente de todas las encuestas Lula, cuya popularidad fue en parte esmerilada por las noticias destinadas a desprestigiarlo, sigue siendo un candidato que le quita el sueño a las derechas política, judicial y empresarial.
“Dado que ellos no pueden impedir la decisión electoral del pueblo, ellos están intentando (proscribirme) a través del poder judicial, atribuyéndome cosas absurdas que no son creíbles ni para un chico del jardín de infantes”.
Moro hizo lugar a la denuncia presentada por el fiscal, y militante evangélico, Deltan Dallagnol, quien reconoció carecer de pruebas pero compensó esa falencia material con “la convicción” de que el imputado es el “comandante máximo del esquema de corrupción”.
“Hoy en Brasil hay un juez de primera instancia (Moro) acompañado por un grupo de fiscales,  todos mesiánicos, que se creen ungidos por la voluntad de Dios (..) yo los he desafiado ( al juez y fiscales) a probar que algún empresario me dio dinero, hasta voy a pedir ayuda a la CIA (risas) para ver si logran descubrirme una cuenta en el exterior”.
Para denunciar la violación del derecho de defensa y la parcialidad del magistrado “iniciamos un proceso ante Naciones Unidas, apoyados por el movimiento sindical internacional”, y el mes pasado el Comité de Derechos Humanos finalmente aceptó analizar el tema.
 
Sin Kirchner ni Chávez
Lula sitúa al putch que volteó a Dilma Rousseff dentro la regresión conservadora en que está sumergida América Latina luego del ascenso de la década pasada que entre sus puntos altos incluyó la creación de Unasur aprobada durante una cumbre presidencial celebrada en 2007 en Venezuela.
“Era un momento de mucho optimismo en América Latina, nosotros creíamos que estábamos construyendo una estructura política más prolongada, pero después vinieron las muertes de Chávez, de Kirchner, yo salí de la presidencia y allí dejó de existir el trío que trataba de organizar América del Sur, fue una pena, ahora necesitamos comenzar de vuelta, yo sé que usted (Stone) también tenía mucha esperanza “.
La conversación con Oliver Stone, director de Nacido el 4 de Julio, Platoon y JFK, (publicada en el sitio Nocaute) vuelve a la hostilidad mediática para enlodar la imagen del extornero mecánico y dos veces presidente Lula.
“De marzo a agosto el principal canal, Globo, en su noticiero más visto dedicó 14 horas de noticias negativas en contra mío, o sea en cinco meses de noticias”, se indigna el líder del PT de camisa y pantalón azules, y la voz ronca de los buenos tiempos.
 “No tengo aliados en los medios, cuando fui presidente goberné de forma republicana, la red Globo estaba casi quebrada y nosotros ayudamos a salvarla.... y después cometimos el error de no regular los medios”, afirma Lula con tono autocrítico.
“¡Qué gran error¡” rubrica Stone, a lo que Lula agrega, “ahora Globo y Netflix están trabajando sobre un documental sobre Lava Jato, si fuera por Globo yo sería un Pablo Escobar”.
 
Francisco con el MST
Joao Pedro Stédile, líder de Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) contó ayer que junto a varios miembros de esa organización desplegaron un pasacalles con la consigna “Fuera Temer” en la plaza San Pedro, del Vaticano, antes de ser recibidos por el papa Francisco cuyo viaje a Brasil, previsto para 2017, fue suspendido en lo que fue entendido como una respuesta a la destitución de Dilma Rousseff.
En uno de los debates en los que participaron los campesinos sin tierra, sobre asuntos ligados a la actualidad latinoamericana, Jorge Bergoglio “nos asombró cuando dijo que estamos frente a un Estado más que excluyente, un estado terrorista, que usa el dinero y el miedo para manipular la voluntad de las mayorías”.
“Salimos convencidos de que además de San Francisco de Assis ahora tenemos otro revolucionario en la Iglesia, que es el Papa , un hombre abierto y generoso”, declaró ayer Stédile a su regreso de Italia.
Dos semanas atrás la Policía Militarizada había invadido la escuela Florestan Fernandes, del MST, en el interior de San Pablo en paralelo con la represión a los estudiantes que ocupan centenas de escuelas secundarias y universidades.
Ayer comenzaron a llegar a Brasilia delegaciones estudiantiles que militan contra la reforma constitucional, redactada por el Palacio del Planalto y reivindicada este fin de semana por Temer, que congela por 20 años, es decir durante cinco gobiernos electos, los recursos para educación y salud.


Recesión para rato


La recesión en Brasil se profundizará al punto tal que analistas de la mayor economía latinoamericana descartan la tibia recuperación por la que apostaban. El mercado brasileño empeoró su previsión de crecimiento y se calcula una contracción del 3,37 por ciento en 2016 y un avance del 1,13 por ciento en 2017, informó ayer el Banco Central. El sondeo semanal realizado a un centenar de analistas del sector privado, conocido como Boletín Focus, había calculado la semana pasada una contracción del 3,30 por ciento para este año y un crecimiento del 1,20 por ciento para el próximo.
La inflación, en tanto, tuvo las proyecciones mejoradas en el informe semanal, al pasar del 6,88 por ciento para el 6,84 por ciento en este año –ambas próximas al techo máximo de tolerancia– y del 4,94 por ciento al 4,93 por ciento prevista para 2017. El gobierno fijó una meta para la inflación anual del 4,5 por ciento, con una tolerancia de dos puntos porcentuales que elevan el techo máximo hasta el 6,5 por ciento.
Respecto al cambio también aumentaron los cálculos. Se prevé que el dólar será negociado a 3,22 reales a fin de este año y a 3,40 reales en 2017, un avance frente a la semana pasada, cuando estaba previsto un dólar a 3,20 y 3,39 reales respectivamente. Para 2017, precisó la Agencia Brasil, el pronóstico de avance del Producto Interno Bruto cayó por cuarta vez consecutiva, a 1,13 por ciento.