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La comisión sobre el 11-S le pegó al FBI por su falla antiterrorista

En su informe, la comisión que investiga los atentados de N. Y. y el Pentágono criticó el desempeño del FBI. Hubo acusaciones mutuas entre funcionarios de la gestión actual y la anterior

Por Andrew Buncombe*
Desde Washington

La comisión que investiga los ataques del 11 de septiembre ayer criticó duramente al FBI, acusándolo de no reaccionar a la creciente amenaza de terrorismo y cometiendo el error de no recoger y analizar importantes datos potenciales de inteligencia que advertían sobre un ataque inminente. También dijo que el fiscal general John Ashcroft negó los pedidos del FBI de recursos adicionales para enfrentar el problema. “El 11 de septiembre de 2001, el FBI fue limitado en varias áreas críticas para una estrategia contraterrorista preventiva y efectiva”, dijo la comisión en una declaración, antes de escuchar el testimonio de altos funcionarios para hacer cumplir la ley.
“Aquellos que trabajaban en asuntos de contraterrorismo lo hacían a pesar de la limitada información de inteligencia y de las capacidades estratégicas de análisis; reducida capacidad para compartir información, insuficiente entrenamiento, un régimen legal excesivamente complejo y recursos inadecuados.” Los comentarios del panel del 11 de septiembre son un indicio de que el FBI podría ser culpado por no prevenir los ataques de Al Qaida en Nueva York y Washington. Funcionarios y ex funcionarios del presidente George W. Bush y de su predecesor en la Casa Blanca, Bill Clinton, al exponer ante la comisión, cruzaron acusaciones sobre la subestimación de la amenaza representada por Al Qaida antes de los atentados de 2001. Ashcroft trasladó la responsabilidad al gobierno de Clinton, aunque admitió fallas en la información de inteligencia sobre eventuales ataques terroristas, atribuyéndoselas a “trabas burocráticas y presupuestarias impuestas por la gestión anterior”. Poco antes, la fiscal general del gobierno de Clinton, Janet Reno, afirmó que en su momento advirtió a su sucesor –Ashcroft– que debía reunirse información sobre actividades terroristas, pero que no recordaba si se mencionaba específicamente a Al Qaida.
El miembro de la comisión, el senador Bob Kerrey, dijo: “El FBI va a tener que responder a las preguntas: ¿por qué no entregaron la información? ¿Recibieron instrucciones claras de sus superiores acerca de que deberían entregarla?’”. Desde los ataques del 11 de septiembre, los críticos del FBI se concentraron en varias instancias supuestas donde el bureau tenía una oportunidad de detectar el plan de Al Qaida. En julio de 2001, por ejemplo, un memo enviado por un agente del FBI con base en Phoenix advertía a la central que los terroristas de Al Qaida podrían estar entrenándose en las escuelas de vuelo de Estados Unidos.
De la misma manera, en agosto de 2001, después del arresto del supuesto “secuestrador 20º”, Zacarias Moussaoaoui, a los agentes con sede en Minneapolis se les negó el permiso para examinar el disco rígido de una computadora hasta después del 11 de septiembre. Coleen Rowley, una agente especial del FBI que le escribió una carta a Mueller acusando a los altos funcionarios de ignorar la amenaza de Al Qaida, le dijo ayer a este diario que había habido un error de dirección. Decía en su carta: “Siento que ciertos hechos, hasta ahora, han sido omitidos, minimizados, pasados por encima o mal catalogados en un esfuerzo por evitar y minimizar el embarazo institucional y personal de parte del FBI y quizás, aun por razones políticas impropias”. El ex director del FBI, Louis Freeh, que se retiró en el verano de 2001, trató ayer de refutar la crítica del trabajo del bureau. “Teníamos un programa muy efectivo con respecto al contraterrorismo anterior al 11 de septiembre, dados los recursos que teníamos”, dijo.
La administración Bush se encuentra a la defensiva por las acusaciones de que ignoró las advertencias acerca de que los terroristas de Al Qaida estaban planeando atacar Estados Unidos. Las mismas inicialmente fueron alimentadas por comentarios del jefe de contraterrorismo de la Casa Blanca, Richard Clarke, acerca de que la administración había ignorado susadvertencias repetidamente. Bush y su consejera nacional de seguridad, Condoleezza Rice, lo negaron enfáticamente. Bush mismo está bajo observación por un reporte sobre inteligencia que le dieron el 6 de agosto de 2001 titulado, “Bin Laden determinado a atacar en Estados Unidos”. Durante el fin de semana, el mandatario dijo que el memo, que mencionaba la presencia de células dormidas de Al Qaida dentro de Estados Unidos, no había advertido sobre una indicio específico. La comisión quiere interrogar al agente de la CIA que escribió el memo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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El fiscal general de la administración Bush, John Ashcroft, habló ante la comisión investigadora.
 
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